Para conseguir avances en materia de feminismo se requiere del trabajo coordinado entre la academia, el gobierno y los grupos que protestan en las calles, consideró Marta Lamas Encabo, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.

“No basta con la protesta, hay que articularse y organizarse también”, destacó la antropóloga luego de la charla “Identidad de Género”, organizada por la UNAM Campus Morelos, como parte de las actividades por el Día Internacional de la Mujer que se celebra el 8 de marzo.

La también investigadora destacó que tiempo atrás grupos feministas sugirieron que para hacer cambios en la cultura y la sociedad es necesario contar con un triángulo de oro, el  cual tenga en un extremo las protestas, en el otro la investigación académica y en el último a funcionarias que impulsen políticas de cambio.

La fundadora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir destacó que en nuestro país, los movimientos feministas han logrado avances importantes, pero aún falta mucho por hacer pues “los cambios culturales son muy lentos. Veo un cambio y eso es lo que me pone contenta, porque ya cayó el veinte de que debemos construir una sociedad menos desigual o discriminadora”.

Por mucho tiempo, recordó, el género (ser hombre o mujer) ha sido utilizado como un pretexto para discriminar y negar derechos a los ciudadanos, como se puede apreciar en el mundo islámico, donde por el hecho de ser mujer no se tiene derecho a votar o ser votada, a tener un empleo o una educación adecuada.

Uno de los principales desafíos que presenta la diversidad humana es reconocer que todas las personas somos diferentes y que cada uno tiene el derecho a desarrollar su individualidad, enfatizó Lamas Encabo.

Mujeres en el deporte

Aunque falta camino para derribar estereotipos que alimentan la discriminación hacia las mujeres en el deporte de recreo y competición, en las organizaciones deportivas y los medios de comunicación del ramo, hay avances importantes, afirmaron las académicas Arcelia Moreno Agraz, del plantel 8 de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), y Patricia Martínez Torreblanca, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).

Sin embargo, cada vez son más las mujeres que aprovechan las oportunidades de empleo en el deporte profesional: entrenadoras, directoras técnicas, cargos directivos y periodistas, afirmó Arcelia Moreno Agraz.

Durante el conversatorio “Mujer, deporte y trabajo en México” consideró que la participación de ellas tiene una larga historia marcada por división y discriminación, así como por un gran número de logros de grandes atletas quienes contribuyeron a los avances en el país en materia de igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas a través del deporte.

Señaló que en el ámbito laboral, si bien es cierto existe en nuestra nación la Ley Federal del Trabajo, algunas deportistas de alto rendimiento deciden postergar el embarazo para dedicarse plenamente a esta actividad, pero también porque no tienen garantías laborales. En España se ha avanzado bastante al respecto, “pero en nuestro país aun tenemos muchos retos en ese sentido”.

Históricamente la práctica deportiva se consideraba un terreno exclusivo de los hombres, lo cual ha cambiado con el desarrollo de la sociedad, lo cual nos permite tratar de adecuar las cosas en el contexto social y cultural en el que nos encontramos, y estos avances se van construyendo poco a poco.

A su vez, Patricia Martínez Torreblanca comentó que la situación laboral en el terreno del deporte en general se ha entendido como una forma de supervivencia. 

Destacó que después de los Juegos Olímpicos de 1968 se dio el primer congreso internacional de derecho del deporte en el cual se discutieron temas como trabajo, protección jurídica del deportista profesional, seguridad social, entre otros, pero nada relacionado con las mujeres.

Sin embargo, nada de eso está resuelto en el país. Recientemente las autoridades se percataron que se debe proteger a los deportistas, acotó la académica universitaria al participar en el conversatorio organizado por la Dirección General del Deporte de la UNAM.

En cuanto a las percepciones salariales, la universitaria enfatizó que en el ámbito del futbol femenil profesional ellas ganan menos que los varones. El salario promedio anual de las jugadoras es de 42 mil 496 pesos, solo un poco más del salario mínimo del país, mientras que en clubes varoniles ganan más de medio millón de pesos mensuales.

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