Fracasó Napoleón Gómez Urrutia en su intento de apoderarse de contratos colectivos de trabajo de sectores diferentes al minero y sólo quedó en amenaza su anuncio de que controlaría sindicalmente a toda la industria del cemento del país, porque los trabajadores rechazan sus prácticas de chantaje y extorsión que él realiza en contra de empresas y obreros.

Javier Villarreal Gámez, subsecretario del Trabajo del Comité Nacional de la CTM, informó que el triunfo contundente de 73 por ciento del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Cemento, encabezado por Felipe Sosa, en el recuento de trabajadores, en la empresa Holcim Apasco, sobre la agrupación de Gómez Urrutia, confirma el repudio obrero en contra del senador de Morena.

Destacó que este jueves fue contundente la derrota del legislador infringida por los trabajadores, quienes decidieron continuar con la representación del dirigente nacional de la industria cementera, Felipe Sosa, y del líder local de la compañía mencionada en Hermosillo, Sonora, Ramón Robles.

En su afán de tratar de controlar a otros sectores diferentes al minero, Gómez Urrutia, emplazó a la realización de un recuento de trabajadores en la empresa cementera mencionada, pero su fracaso fue rotundo.

Villarreal Gámez, quien también es secretario general de la Federación de Trabajadores en el Estado de Sonora de la CTM, expuso que el triunfo de los trabajadores del cemento, de prácticamente tres a uno, sobre el sindicato napista, demuestra el rechazo de otros sectores a las exageradas ambiciones de poder del legislador.

“Gómez Urrutia genera mucho daño a la industria minera y ahora pretende incursionar en otras a nivel nacional, con la finalidad de hacer huelgas para extorsionar a las empresas y eso lo ven conoce cada vez más los trabajadores”, agregó.

El también secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minero-Metalúrgica CTM, recordó que Gómez Urrutia trató de apoderarse de contratos colectivos de trabajo de empresas maquiladoras del norte de Tamaulipas y de autopartes de Coahuila, pero fracasó en su intento.

“El daño que Gómez Urrutia hace a la industria es suficiente como para que los trabajadores sepan que él impulsa un modelo negativo, nefasto del sindicalismo, que debe ser rechazado”, planteó.

Consideró que, al tratar de controlar contratos colectivos de trabajo de auto partes, intento en el cual fracasó, el senador de Morena pretendía afectar a un sector estratégico, como es el automotriz, con el fin de que empresas y gobierno le ofrecieran beneficios, a cambio de que él permitiera la operación de esa industria.

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