*Calderón heredó grave rezago en seguridad

El análisis del informe presidencial que realizamos no podría llevarse a cabo sin antes reconocer el enorme esfuerzo que la actual administración ha hecho para combatir de manera frontal, sin titubeos y con miras muy claras del grave problema de inseguridad que ha azotado al país en los últimos años.

Desde el primer día de Gobierno del presidente Calderón identificó el profundo rezago en materia de seguridad pública en el país que había minado la calidad de vida de los mexicanos y que tenía un impacto directo en el desarrollo nacional.

Mucho se ha comentado sobre la falta de un diagnóstico serio para combatir al crimen organizado, nada más falso que eso, la situación actual es el resultado de una serie de factores acumulado a lo largo de décadas, fue justamente bajo el largo dominio del PRI que la corrupción y la tolerancia a las actividades de los narcotraficantes incubó la serie de desafíos en materia de seguridad que hoy enfrentamos con decisión y con valor.

La debilidad de las instituciones de seguridad y justicia, especialmente en el ámbito local, aunado a leyes obsoletas y tomando en cuenta la existencia de muchos cuerpos policiales mal pagados y mal equipados, sin esquemas de coordinación entre sí y muchas de estas corporaciones amedrentadas o cooptadas por los delincuentes.

La Estrategia Nacional de Seguridad Pública implementada por el Gobierno Federal consta de tres elementos: contención y debilitamiento de las organizaciones criminales, transformación legal e institucional de las autoridades enmarcadas en la procuración de justicia y la seguridad y, sobre todo, lo más importante, la reconstrucción del tejido social.

En pocas palabras, era un asunto que nadie quería enfrentar, había que poner un hasta aquí, poner un límite a las bandas del crimen, las instituciones son para el servicio de los mexicanos no para el servicio de los criminales.