*Las heridas sociales no sanan con “parches”
Es inaplazable reforzar la unidad nacional, pero no en torno a una persona o a una quimera vacía de contenido social, sino a partir de propósitos comunes, tales como la tranquilidad y la paz social, así como oportunidades reales de desarrollo.
Nuestro país está herido por la violencia, la miseria, la injusticia y el desaliento acentuados en los últimos 10 años. Estas heridas no van a sanar con parches, necesitamos ir a las causas, definir los objetivos y los métodos y actuar en consecuencia.
No se deben imponer las ideas propias a los otros y menos aún para destruir a quienes piensan distinto, sino convocar, discutir, acordar y resolver. Es la hora de la política entendida como debate informado y libre entre los mexicanos.
En el amanecer del siglo XXI, la Revolución Mexicana exige resolver de manera seria, eficaz y permanente la pobreza.
Podemos retomar el camino hacia la justicia social, hoy más que nunca, cuando 6 millones de mexicanos se han sumado a la pobreza en sólo dos años, la economía apenas crece y la violencia criminal secuestra áreas de la geografía nacional.