*Absurdas contradicciones de las política social

Sin duda el tema del desarrollo social en México se caracteriza por las absurdas contradicciones de nuestra política social, pues vivimos en un país extraordinariamente rico y sin embargo el 46 por ciento de la población se encuentra sumida en la miseria, con más de 28 millones de mexicanos con hambre y 12 millones en situación de pobreza extrema.

Resulta inconcebible que con tanta riqueza, las necesidades básicas de más de la mitad de la población estén insatisfechas y por ello no es creíble lo que asegura la titular de Sedesol, Rosario Robles Berlanga, quien ha mencionado que el pilar emblemático de la política social del gobierno priista es la Cruzada Nacional contra el Hambre.

Esta estrategia no es nueva y cada sexenio vemos variaciones sobre el mismo tema, políticas basadas en el mismo diagnóstico, las mismas afirmaciones y las mismas recetas.

Todos los gobiernos inician su gestión con ambiciosas políticas sociales multimillonarias que a la postre fracasan o no cumplen con las expectativas.

Hoy tenemos el mismo porcentaje de pobres que hace 30 años, y somos uno de los pocos países americanos que no cumplieron con la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir el hambre a la mitad.

Si la Cruzada contra el Hambre es, Rosario afirma, debería recordar la máxima de Sun Tzu de que toda guerra que ignora los orígenes y las causas de los problemas que ataca, es una guerra que jamás podrá ganarse, una batalla condenada a ser eterna.

Sucede que no hemos aprendido de nuestros errores, ni hemos sabido identificar las causas estructurales de la pobreza en México. No ha quedado claro que el hambre jamás será una causa en sí misma, sino una consecuencia de decisiones políticas erradas, de malos gobernantes y del modelo económico injusto y desigual.

Resolver el problema de pobreza alimentaria va más allá de una “cruzada”; depende de que la economía tenga buen desempeño, quieren reparar ese desastre aplicando la misma medicina.