*Radiografía de la pobreza en México

En México hay más de 54 millones de pobres, 20 millones se encuentran en condiciones de pobreza alimentaria, 28 millones tienen problemas para adquirir una canasta básica y más de 40 millones sufren algún grado de desnutrición.

Aunado a esto, de acuerdo con datos del INEA, 33 millones de mexicanos mayores de 15 años no tienen la escolaridad mínima para sobrevivir dignamente, debido a que están en el supuesto de no saber leer o escribir, por no haber terminado la primaria o la secundaria.

Esto explica, en gran medida, la existencia de 20 millones de mexicanos en pobreza alimentaria; 26 millones en pobreza de capacidades; la existencia de 19 millones de personas que viven con menos de 57 pesos diarios, de los cuales 11 millones no tienen ingresos.

Ante este problema, propongo exhortar al Ejecutivo federal a que promueva un gran acuerdo nacional que atienda la seguridad alimentaria, la sustitución de importaciones alimentarias, el abasto, tratamiento y reutilización del agua.

Con esto buscamos atender el rezago educativo, la capacitación y asesoría técnica, el desarrollo de capacidades; los apoyos para el empleo y autoempleo y el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Mientras más presupuesto se destina a la pobreza más pobres hay, porque la mayoría de los programas masivos tienen una orientación asistencial, con apoyos materiales dispersos, poco integrados y que atienden efectos, más que causas.

Los jóvenes ya no se están integrando a trabajar en el campo y más de 7 millones no estudian ni trabajan, y son presa fácil de la delincuencia. Según la Encuesta Nacional de Discriminación 2011, 90 por ciento de los jóvenes de entre 12 y 19 años expresaron que su mayor preocupación es no tener ingresos.

La importación de alimentos supera el 54 por ciento del consumo nacional; 33 por ciento de las necesidades de maíz con más de 9 millones de toneladas; 65 por ciento de trigo; 75 por ciento de arroz y 95 por ciento de soya.

De 2008 a la fecha la importación de carne de bovino aumentó 440 por ciento; la de aves, 280 por ciento; de cerdo, 210 por ciento; de huevo, 50 por ciento; 85 por ciento maíz y 44 por ciento sorgo.

La baja escolaridad de los productores, la desvinculación del sistema educativo de los problemas y necesidades reales de la gente, combinado con la ausencia de servicios técnicos, es la fórmula perfecta para que los recursos destinados a mejorar las condiciones de vida de la población se pierdan o no tengan mayores impactos.