*Este es el México real

La  evolución de la economía mexicana en las últimas décadas ha sufrido importantes vicisitudes que han impactado de manera negativa los principales objetivos de la política económica nacional.

El crecimiento ha estado por debajo del 2.5 por ciento anual real; el desempleo se ha mantenido por arriba del 5 por ciento entre la Población Económicamente Activa, la inversión, el ahorro, el salario y la demanda interna se han contraído.

En el sexenio de Felipe Calderón, de acuerdo con cifras del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de esta Cámara de Diputados: entre 2006 y 2008, el número de personas pobres pasó de 45.5 a 52.3 millones, es decir, aumentó en 6.8 millones; mientras que de 2008 a 2010 se incrementó en 5.4 millones de personas.

El saldo entre 2006 y 2010, es un incremento en el número de pobres de 12.2 millones de personas. A esto se suma la cifra de los que padecen “hambre oculta” la cual se incrementó de 23.8 millones a 28 millones de 2008 a 2010.

El Ejecutivo planteó una política económica ambiciosa al pretender lograr un crecimiento anual del PIB de más de 7 por ciento, controlar los niveles de inflación, disminuir el desempleo abierto y promover la inversión extranjera; sin embargo, su política implementada fue incapaz de generar las condiciones apropiadas, observándose en la fuerte caída del PIB, que en cinco años no ha rebasado el 2 por ciento, cifra muy lejana a la proyección del 7 por ciento anual.

En México se recauda poco, recayendo la mayor captación en los sectores con menores ingresos y garantizando paraísos fiscales para grandes empresas, por lo que consideramos ineludible adoptar acciones a efecto de acabar con los “regímenes de excepción”, así como la elusión fiscal que sólo benefician a las grandes empresas, representando alrededor de 800 mil millones de pesos que dejan de recaudarse anualmente. Que paradójico, no hay un solo México, sino muchos “Méxicos”.

¿Acaso es aceptable que el crecimiento se ubique por debajo del 2 por ciento anual real; que 13.4 millones de personas se encuentren ocupadas en la economía informal; que tengamos más de 7 millones de “ninis” que no encuentran una opción laboral digna o la posibilidad de tener acceso a la educación, que aceptemos los más de 2 millones de personas consideradas analfabetas en el rango de edad de los 6 a los 14 años, además del 7.6 por ciento de la población nacional que se encuentra en la misma situación y son mayores de 15 años ; que avalemos que el Producto Interno Bruto por habitante ubique a México en el lugar 64 a nivel mundial con 9 mil 860 dólares anuales per cápita, por debajo de países latinoamericanos como Chile que se ubicó en el primer sitio en la región con 13 mil 294 dólares?

De acuerdo con datos del INEA, 33 millones de mexicanos mayores de 15 años no tienen la escolaridad mínima para sobrevivir dignamente debido a que están en el supuesto de no saber leer o escribir, combinándose con la existencia de 19 millones de personas que viven con menos de 57 pesos diarios, de los cuales 11 millones no tienen ingresos y 40 millones de mexicanos estén desnutridos.

¿Esa es la visión de bienestar de los mexicanos de este gobierno?

En materia de gasto público es inadmisible su crecimiento a lo largo del sexenio y la existencia permanente de los subejercicios, tan sólo en los primeros seis meses de este año superan  un monto de  28 mil millones de pesos, concentrándose en 10 secretarías de estado.

Por otra parte, el Centro de Finanzas Públicas, en materia de empleos señala que desde el 2000 a la fecha, se acumula un déficit de 5.6 millones de empleos formales. En México, la tasa de desempleo de los jóvenes se duplico, el crecimiento del trabajo asegurado al IMSS a partir del empleo se basa en el empleo eventual.

El sector informal ocupa al menos uno de cada cuatro trabajadores. Cinco millones de personas trabajan en condiciones críticas, la proporción de personas que no puede adquirir la canasta básica alimentaria con el ingreso que obtienen de sus trabajos, pues dicha canasta se incrementó 16.9 por ciento desde 2005.

El salario promedio de cotización del IMSS ha observado una pérdida de 431.7 pesos mensuales reales hasta 2010. Casi  28.5 millones de trabajadores se encuentran socialmente desprotegidos. Para avanzar hacia el desarrollo es prioritario  modificar el modelo económico vigente, el cual ha dado pruebas de su falta de pertinencia.

La transición es urgente así un nuevo modelo económico que comprenda básicamente las necesidades, que detone un desarrollo industrial que propicie la reactivación y la modernización de la planta productiva, que  logre la consolidación de las cadenas productivas.

Ese es México y esa es la realidad de nuestro país, así que es fundamental que los ejes de cambien y que la reforma hacendaria no esté fundada nada más en ingresos petroleros, considerado que es un recurso no renovable que soporta el 40 por ciento de los ingresos federales y que México solo produzca el 1 por ciento de las necesidades de este hidrocarburo.