*Carencia alimentaria de 28 millones de mexicanos

Proponemos solicitar al presidente Felipe Calderón que asegure que Diconsa y Liconsa no reduzcan en 2012 el volumen de abasto de maíz, frijol, leche y otros productos de la canasta básica.

Tenemos que hacer este llamado para garantizar dicho abasto a través de modificaciones presupuestales, reasignaciones, ampliaciones o transferencias de otras fuentes de ingreso.

Para este año los pronósticos prevén que los precios de los alimentos sigan sustancialmente al alza en el primer semestre de este año, aunado a los estragos de la sequía que afectó a 19 de las 32 entidades federativas, impactando la producción de granos básicos como maíz y frijol, lo que representará carestía y, consecuentemente, aumento en su precio.

El incremento al salario mínimo es insuficiente, ya que el 4.2 por ciento de aumento nominal es apenas una mejora del 0.7 por ciento en términos reales; lo que representa sólo dos pesos con 50 centavos más para la zona A, dos pesos con 44 centavos para la zona B, y dos pesos con 21 centavos en la zona C.

Según la Encuesta Nacional Ingreso-Gasto de los Hogares, el 10 por ciento de las familias con menos ingresos dedican el 49.9 por ciento de su dinero a alimentos, bebidas y tabaco, mientras que los de más altos ingresos sólo dedican el 22.9 por ciento.

Para diciembre de 2011, el frijol negro importado costaba 19.50 pesos por kilo, 45 por ciento más que el año anterior; el kilogramo de tortilla, 11.26 pesos; y el de maíz bajó un poco su precio en diciembre, a 6.30 pesos por kilo, pero se mantiene aún 61.54 por ciento por arriba de la segunda quincena del mismo mes del año pasado.

Aún así, en el mejor de los casos, el aumento del salario mínimo equivale a poco más de 100 gramos de frijol o a 220 gramos de tortillas.

Para este 2012 la Secretaría de Economía reporta un aumento de 2 por ciento en el precio del kilo de tortilla en autoservicios, tan sólo en siete días, o casi 3 por ciento respecto del mes pasado.

No obstante, el presupuesto de los programas federales encargados de apoyar el consumo de alimentos básicos, como el Programa de Abasto Rural, a cargo de Diconsa, enfrenta una reducción de un 13 por ciento respecto de 2011; y los de Adquisición de Leche Nacional y el de Abasto Social de Leche se contrajeron por arriba del 14 por ciento.

Es claro que, a menos de que bajen los precios de los alimentos o se generen ahorros en otras fuentes, no sería posible mantener la cobertura en 2011, lo que generaría un aumento mayor para la población con carencia alimentaria.