*Vamos por el empoderamiento de la mujer
Conmemorar el Día Internacional de la Mujer representa una oportunidad para reflexionar sobre los avances y pendientes que tenemos, a nivel global y local, en la agenda para alcanzar la igualdad sustantiva de mujeres y hombres.
Igualdad que no sólo se limita al plano normativo, sino que debe reflejarse en un cambio cultural en nuestras sociedades.
En el plano del derecho internacional, debemos reconocer que a 20 años de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, estos instrumentos jurídicos han permitido a más de 150 países abrir posibilidades para lograr la igualdad.
Sin embargo, tanto la Plataforma de Beijing como la CEDAW, siguen aun sin cumplirse en su totalidad en ningún país.
En México, hemos creado leyes, presupuestos e instituciones dedicadas a enfrentar la desigualdad de género, suscitando cambios significativos para la mayoría de las mujeres.
Desde el poder legislativo, hemos logrado valiosos resultados; uno de ellos: la incorporación en nuestra Carta Magna del principio de igualdad y no discriminación. No obstante, no podemos cesar en este incansable proceso, principalmente en la armonización adecuada y en la implementación de medidas compensatorias para el empoderamiento igualitario.
Gracias a la lucha por la igualdad; en el ámbito político hemos evolucionado de las cuotas de género hacia la paridad. Ahora, habrá que trabajar para llevar esta última de la retórica a la práctica. No basta con tener más candidatas. Debemos tener más legisladoras, más alcaldesas, más gobernadoras.
Las mujeres que tenemos la oportunidad y responsabilidad de ocupar un cargo público y estar en los espacios de decisión política, tenemos la obligación de ejercer el poder de una forma distinta. No por el hecho de ser mujeres, sino por un principio ético en la política.
Por otro lado, en muchos lugares de nuestro país, el panorama para la mujer mexicana es preocupante. Según la criminalista del Instituto Nacional de Ciencias Penales, Magdalena Sánchez, más del 80% de las mujeres mexicanas ha sufrido violencia laboral, doméstica, institucional o de comunidad.
En el Grupo Parlamentario Nueva Alianza, condenamos cualquier acto que atente contra la igualdad y que promueva la violencia, pues la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, no puede ni debe ser tolerada. Asimismo, refrendamos nuestro compromiso permanente para seguir concretando acciones que garanticen el ejercicio pleno de los derechos humanos de las niñas y mujeres de nuestro país.
Desde esta tribuna hago un llamado a todas las niñas y mujeres mexicanas para que:
• Reivindiquemos nuestra inclusión en todos los espacios de manera igualitaria y no solo equitativa.
• Aceptemos la oportunidad de sumarnos a la construcción de una democracia incluyente.
• Denunciemos cualquier acto que perturbe nuestro derecho a la igualdad y a vivir libres de cualquier tipo de violencia.
• Avancemos con decisión y compromiso, en esta lucha, que es la lucha de todos.
Y de manera primordial
• ¡Exijamos nuestros derechos!