*Peligro social por focos ahorradores

Es necesario impulsar una campaña de información sobre el adecuado desecho de los focos ahorradores, porque al romperse liberan el mercurio, convirtiéndose en una amenaza a la salud y al ambiente.

A más de tres años de haberse repartido más de 40 millones de este tipo de focos, no se ha medido realmente el potencial de impacto negativo que tendrían.

La empresa encargada de realizar el Programa Luz Sustentable sí tiene un plan de manejo de residuos peligrosos, pero no está integrado a ninguna norma.

Esa compañía calculó que 0.02 por ciento de los focos ahorradores repartidos se romperían en el proceso, representando al menos 916 mil piezas que ya han sido desechadas, sin tener rastro de ellos y sin un plan que comprometa al gobierno a garantizar la seguridad de las familias que los tiran a la basura.

Por ello urge que se diseñen políticas públicas de recolección y reciclaje de las lámparas fluorescentes compactas autobalastradas (focos ahorradores), y las secretarías de Energía (Sener), de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de Economía (SE), implementen programas de concientización.

Además se requiere que las secretarías de Salud y de Energía, en el ámbito de sus atribuciones, realicen un estudio sobre el costo-beneficio en materia de sustentabilidad energética, medio ambiental y de salud por el uso de ese tipo de lámparas.

Con estos fundamentos propongo que la Sener y la SE actualicen la Norma Oficial NOM-017-ENER/SCFI-2012, a fin de que en las recomendaciones de seguridad en la etiqueta de estos productos se incluya un instructivo sobre el adecuado desecho de los focos ahorradores, ya que en caso de romperse en una habitación o en el traslado a los basureros representan una amenaza a la salud.

Se requiere una campaña de información integral sobre la peligrosidad y toxicidad del uso de estos focos, ya que  contienen entre 5 y 20 miligramos de mercurio, cuyo vapor, al ser liberado en caso de romperse en una habitación o en el traslado a los basureros, representa una amenaza a la salud del ser humano y contaminan el ambiente.

Aunque una pieza no contiene mucho de este metal, basta que se quiebre uno para contaminar un cuarto de pequeñas dimensiones; en ese caso es necesario desalojar la habitación durante cuatro horas refieren especialistas.