*Falta mucho para tener un medio ambiente sano
El Inventario Nacional de GEI publicado en 2009, informó que en 2008, México generó 1.3% de las emisiones globales.
Y ocupaba el décimo tercer lugar por el volumen más alto en emisiones a nivel internacional, determinando que las emisiones de GEI aumentaron en 13% entre 2000 y 2008, hasta alcanzar 639 millones de toneladas equivalentes de Bióxido de Carbono.
Las emisiones relacionadas con la energía –a partir de la quema de combustible y las emisiones de combustible– representaron 71% del total de emisiones de GEI y aumentaron en 17% entre 2000 y 2008, como consecuencia del crecimiento demográfico y económico, así como el aumento asociado en la demanda de transporte, que fueron los principales impulsores de las emisiones de Bióxido de Carbono.
Reconocemos que nuestro país, ha implementado en el pasado reciente acciones contundentes de alta prioridad política para enfrentar las consecuencias que se han generado por el cambio climático, tales como:
1. El fortalecimiento de sus marcos institucionales para apoyar el desarrollo e implementación de políticas;
2. El aumentado de asignación de recursos a las instituciones que trabajan sobre el cambio climático, lo que incluye a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), así como otros organismos que apoyan iniciativas y programas de cambio climático, entre ellas la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y la Secretaría de Energía (SENER) pero sobre todo, ha sido precursor para lograr una mayor conciencia pública sobre el cambio climático.
Pero, aún nos falta mucho por trabajar, en el compromiso de preservar para las próximas generaciones, un medio ambiente sano, por lo que la estrategia a implementar deberá permitir delinear las metas a desarrollar en cuanto a bienes, infraestructura, ecosistemas, así como la alineación de las políticas públicas, con especial atención en industria y servicios, infraestructura de transporte y de comunicaciones; ordenamiento del uso de suelo y desarrollo urbano; entre otras.
Resulta relevante señalar que entre los años 2000 y 2010, la tasa de motorización casi se duplicó como resultado del incremento en los ingresos, de la oferta de vehículos usados, la dispersión urbana y la ausencia de medios alternativos de transporte y que la suma de estos factores, al día de hoy, tiene como efecto que el tema de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, siga siendo un gran reto.
Mientras no se tomen las decisiones y medidas adecuadas y continúen siendo el transporte motorizado uno de los principales generadores de GEI.