*Ajuste a la baja en economía, duro golpe al país

Bajar las expectativas de crecimiento de 3.9 a 2.7 en el Producto Interno Bruto (PIB) es un duro golpe para nuestro país.

El anuncio fue hecho primero por el Banco de México y posteriormente reconocido por la Secretaría de Hacienda y señalaron que el crecimiento para nuestro país este año no será nuevamente el anunciado por las autoridades, el legislador federal expuso:

Las reformas constitucionales aprobadas en materia de telecomunicaciones y energía podrían ser un incentivo de crecimiento para los próximos años, pero sin las condiciones económicas necesarias, estas expectativas pueden verse notoriamente disminuidas.

El año pasado la meta de crecimiento siempre fue a la baja hasta llegar a apenas el 1.1 por ciento, por lo que el anuncio dado a conocer el pasado miércoles por el Banco de México y ratificado por Hacienda no puede pasar desapercibido.

Si queremos que nuestro país mantenga un ritmo de crecimiento estable y que las reformas constitucionales rindan buenos frutos, es necesario cuidar la economía del país, emprender acciones que generen certeza a los inversionistas y promover condiciones atractivas que hagan despegar el empleo, el consumo y que incentiven el desarrollo.

A pesar de los anuncios hechos por el INEGI y Banxico, la Secretaría de Hacienda aún sostiene que el crecimiento al cierre de 2015 será de cinco por ciento en el PIB, mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lo sitúa, para el mismo año, en 4.1 por ciento.

Ante estos escenarios y con importantes cambios en las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones y energía que tenemos en puerta, el gobierno deberá mantenerse vigilante de generar las mejores condiciones que impulsen el desarrollo.

Las reformas, por sí solas, no resuelven los problemas económicos del país y, por el contrario, es tarea gubernamental vigilar las variables económicas, mantener la inflación a la baja, no apostarle al optimismo exacerbado, ejercer el presupuesto en infraestructura y no permitir que haya subejercicios como ocurrió en 2013.

Frente a lo que se dice que esta baja será temporal debido a la desaceleración de la economía estadounidense, hay la esperanza de que el siguiente trimestre se recupere. Sin embargo, no podemos sembrar las expectativas sólo en los buenos deseos, sino que cada sector vinculado a la economía aporte lo que le corresponde.

En el Poder Legislativo deberemos acelerar el paso para contar pronto con las leyes secundarias en materia de energía y en el sector de telecomunicaciones.

La sociedad no se merece otro año de grandes expectativas en el discurso y bajos resultados en la economía, que se resienten en los bolsillos de los mexicanos.