*Visos de trampas en el proceso electoral

En el marco de la jornada electoral del próximo 1 de julio, es necesario que la Comisión Especial encargada de vigilar el correcto uso de los recursos federales, estatales y municipales en los procesos electorales, reactive e intensifique sus trabajos para salvaguardar la democracia.

Es fundamental que esta comisión se mantenga atenta a la coyuntura y permanezca vigilante del proceso electoral para evitar la utilización del aparato de la administración federal y los recursos públicos con fines electorales.

En vísperas de la elección más importantes del país, se han visto y acusado indicios que permiten presumir fundadamente la utilización del aparato de la administración federal y de presupuestos públicos con fines proselitistas.

Es apremiante que esta Comisión Especial reactive sus trabajos para que continúe como fue planteada en sus inicios, realizando un trabajo profesional, transparente y sin inclinaciones partidarias.

También propongo la creación de un grupo plural de trabajo integrado por diputados y senadores, con el objetivo de dar seguimiento puntual al proceso derivado de la jornada del 1 de julio.

Cuando la expresión de la soberanía popular se vulnera a través de manipulaciones, de inducciones perniciosas, de concesiones arbitrarias, de beneficios condicionados, del uso abusivo del poder y de los recursos públicos, es evidente que se atenta contra el régimen democrático, el Estado de derecho y la nación en su conjunto.

Por ello es necesario vigilar que la libertad, la equidad, la transparencia y la imparcialidad, principios rectores y básicos para que un proceso electoral sea considerado democrático, no sean lastimados por acciones de dudosa legalidad que lo enturbien.

En diversas zonas del país ha habido señalamientos sobre el reparto de despensas, el uso de instalaciones públicas para hacer proselitismo y el desvío de recursos, pero ante estos hechos y a días para la elección, no se ha escuchado un posicionamiento de la Comisión Especial de la Cámara de Diputados.

Es necesario que el Congreso de la Unión asuma sus atribuciones y realice, desde el ámbito de su competencia, todas las acciones necesarias para salvaguardar la democracia en el próximo proceso electoral.