*Reconstruir el país, sin tentaciones centralistas

Mientras algunos insisten en terminar con el pacto federal, atentar contra el municipio libre y los derechos constitucionales de manifestación, el periodo de sesiones se acaba sin Fiscalía de la República y Sistema Nacional Anticorrupción, necesarios para avanzar hacia la paz y la justicia, demandas prioritarias de todos los mexicanos.

Las estadísticas dadas a conocer señalan que en este sexenio el número de víctimas ha sido mayor al de los dos gobiernos anteriores, ya que actualmente 60 personas en promedio, diariamente son ejecutadas en el país, principalmente en el Estado de México, entidad que lidera en índices de delitos que se cometen en su territorio.

Y esto, por el alto índice de impunidad que existe en México, donde solo el 2% de las denuncias terminan con los responsables de los ilícitos condenados, mientras que la mayoría no se castigan.

Mientras no exista una Fiscalía General, autónoma del gobierno, que no trabaje de manera política como hasta ahora en contra de los opositores del gobernante en turno, las leyes que debatimos para mejorar los instrumentos y herramientas para que los ejecutivos tengan con que combatir los delitos y los administradores de justicia para hacerlas cumplir, la impunidad seguirá reinando, si los infractores saben que no serán castigados.

Al no concretarse tampoco la Comisión Nacional Anticorrupción que permita combatir este flagelo de la sociedad, la inseguridad seguirá prevaleciendo en el país con lo que la paz y la justicia serán ideales lejos de alcanzar por todos los mexicanos.

Llamo a los legisladores a concentrarse en los temas prioritarios de la sociedad y no caer en tentaciones centralistas, autoritarias y represivas contra los derechos fundamentales de todos los mexicanos, con esas propuestas regresivas que traerían de vuelta la guerra sucia ya superada en el país y lo que ello implicaría para todos los mexicanos.

Hay que finalizar el periodo de sesiones con la aprobación de estos dos instrumentos para procurar y administrar mejor la justicia en México, con un fiscal autónomo de las expresiones políticas y un sistema nacional anticorrupción que en verdad la combata para que la paz y la justicia se vayan cimentando.

De otra manera, las estadísticas delictivas que tanto se ocultan, pero no la realidad de lo que pasa en México, seguirán creciendo en detrimento de nuestra seguridad y paz social.

No hay que echar más leña al fuego luego de las reformas privatizadoras y de entrega del país, sino comenzar la reconstrucción nacional con paz, seguridad, empleo y justicia social, cumpliendo y haciendo cumplir la ley sin ocurrencias centralistas y autoritarias.