*El lastre de la corrupción en México

La corrupción es un lastre que no solo impide el crecimiento del país, sino que ha involucrado a servidores públicos de todos los niveles con organizaciones criminales, lo que constituye la más grande traición a los intereses de la sociedad que trae como consecuencia el descrédito y la desconfianza en las instituciones del Estado, resultado de un inadecuado desempeño de la función pública.

En 2014, México ocupó el lugar 103 de 175 países que fueron evaluados por transparencia Internacional. Esto da cuenta de los elevados niveles de corrupción que prevalecen en nuestro entorno, y la magnitud del problema de la corrupción se acentúa con la impúdica fuga de uno de los criminales más peligrosos del mundo.

Además, con los escándalos relacionados con compras de propiedades millonarias, tanto en México como en el extranjero, por parte de servidores públicos de alta jerarquía, sin olvidar los crímenes de lesa humanidad sufrida en Ayotzinapa y Tlatlaya.

Bajo tales circunstancias ¿cómo podemos los ciudadanos confiar en las instituciones si no hay quien garantice justicia, imparcialidad, y un manejo adecuado del erario público?

La situación de desconfianza que prevalece en todos los niveles de gobierno, propicia una mayor impunidad ante la convicción fundada de que al denunciar actos de corrupción, los servidores públicos que hayan incurrido en los mismos no conocerán un castigo, el círculo vicioso de la impunidad se perpetúa.

Por otro lado, se debe señalar que si bien se han realizado esfuerzos para transparentar y hacer más eficiente el gasto público, y la rendición de cuentas, aún estamos lejos de contar con un sistema de transparencia y combate a la corrupción acorde a las enormes necesidades del país, por lo que resulta imperativo fortalecer las acciones de transparencia, pero ésta no sirve si subsiste la impunidad.

Asimismo, los castigos a quienes abusen de la función pública deben ser ejemplares. El hartazgo social es inmenso y debemos actuar en consecuencia.

Congruencia y resultado es lo que está exigiendo la sociedad mexicana de sus autoridades, ¡congruencia en el discurso y congruencia y resultados en la acción!