*Aparecen fantasmas en esta administración
Desde hace 8 años el gobierno de Felipe Calderón nos metió en el peor problema de seguridad de la historia del país. A pesar de que el gobierno de Calderón presume haber atrapado a 25 de los 37 criminales más buscados, no se puede negar que la eminente escala de violencia y muerte no se detuvo en ningún momento en esa administración y como ya se ha dicho reiteradamente en este espacio, pareciera que tampoco en este sexenio.
Ahora con este actual gobierno, el presidente Peña Nieto ha prometido que esto va a cambiar pero nosotros sostenemos que a dos años del cambio de gobierno, el cambio no es perceptible por no decir que no ha cambiado nada.
Los problemas de fondo, nosotros creemos que no se reducen sino que se diversifican y el problema de la inseguridad solamente cambió en la estrategia mediática y en la estrategia que se dan a conocer las cifras y en la que no se habla con claridad de los asuntos.
El saldo político de estos dos años es de una preocupación doble, la falta de certeza en la aplicación de justicia y un halo de autoritarismo e impunidad. El caso claro es que se suscitó en la comunidad de San Pedro de Limón en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, el 30 de junio de 2014 donde elementos del Ejército mexicano ejecutaron, y lo digo con todas sus letras, a 21 presuntos delincuentes.
Sabemos que el objetivo del Estado no es el de castigar a las personas ni tampoco es el objetivo de la procuración e impartición de justicia, creo que tampoco, y mucho menos, el de ejecutarlos, aunque el presidente de la República dijo que la PGR ahondará en la investigación.
El hecho no solamente es preocupante, y por eso lo mencionamos, sino que pareciera el augurio de viejos tiempos de impunidad, de abusos y de violación de los derechos humanos, y aunque no hay resultados, los indicios de la ejecución estarán como un fantasma de esta administración.