*Cambios en la Ley General de Educación
Es necesario modificar la Ley General de Educación, con el fin de establecer que los padres o tutores se involucren más en la formación educativa de sus hijos, procurando el seguimiento de sus actividades y propiciando su eficacia.
La familia contribuye a la formación integral de niñas, niños y adolescentes, por lo que resulta indispensable que los hijos reciban valores que les permitan crear su propio criterio a partir de bases sólidas.
El núcleo familiar y los maestros son agentes dinamizadores de la educación; sin embargo, algunos padres transfieren sus responsabilidades a otras instituciones, pensando que son compromisos exclusivos suyos.
Cuando algún involucrado en el proceso de formación incumple con sus roles de participación, se generan insuficiencias que afectan los resultados en el aprendizaje de los educandos.
Se debe a que en buena medida los tipos de participación de cada actor e incluso de cada padre o tutor se encuentran subordinados a las dinámicas propias de cada hogar e, incluso, a factores internos y externos de cada individuo.
La educación integral de los infantes requiere de la participación conjunta y responsable de padres de familia, autoridades federales, estatales, municipales y escolares.
Con modificaciones a los artículos 4 y 66 de la Ley General de Educación, será obligación de quienes ejercen la patria potestad o tutela, hacer que sus hijas, hijos o pupilos menores de edad, cursen la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior, además de propiciar su eficacia para terminar cada uno de esos niveles y evitar su deserción.
Mi propuesta también establece que los padres o tutores deben brindar, en la medida de sus posibilidades, asistencia pedagógica en el hogar, apoyo en la elaboración y revisión de las actividades extraescolares y dar seguimiento a los avances académicos.