*Obras públicas innecesarias
El entorno mundial de bajos precios a del petróleo ha obligado al gobierno a posponer, aunque mejor debería cancelar en definitiva, proyectos como el de alta velocidad México-Querétaro y el Transpeninsular del sureste mexicano, y cuya lista debe incluirse también toda obra pública innecesaria.
Lo anterior, ya que además de no tener una beneficio directo e inmediato para la población en general, implican una sangría para el presupuesto y un compromiso para las finanzas gubernamentales en el futuro próximo.
Sostenemos que el gobierno federal fincó el desarrollo del país con sus reformas estructurales, pero éstas al final no dieron los resultados esperados, además de que inicialmente estuvieron caracterizadas por su ilegitimidad, destacando entre ellas la energética, la educativa y la laboral.
Ahora nos enfrentamos a una situación adversa en todos los frentes; en el trabajo, en la seguridad, a lo que se añade el plano económico negativo, por lo que nos encontramos en una mayor vulnerabilidad, derivado en su conjunto por la aplicación de un proyecto equivocado de nación.
Lo que debe seguir ahora es la ejecución de un efectivo y severo plan de austeridad, que considere suprimir todo aquél gasto innecesario. Debe comenzarse con la reducción significativa de los salarios en la burocracia, en los niveles más altos; debe eliminarse la publicidad gubernamental en donde se gastan inútilmente millones de pesos; debe dejarse a salvo, no obstante, lo relativo a programas sociales indispensables como lo son de salud y educación y aquellos programas sensibles para población.
En la Cámara de Diputados, los diputados, además de nos unimos a la exigencia de que comparezca el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, para que rinda cuentas y ofrezca una explicación pormenorizada del recorte al gasto público por más de 120 mil millones de pesos, estaremos vigilantes que de que dicho recortes se hagan lastimar la de por sí depauperada economía de las familias mexicanas.