*La sociedad exige transparencia con su dinero
El análisis de la Cuenta Pública nos ofrece una radiografía de la forma en que se manejaron las finanzas públicas federales. La sociedad mexicana exige y merece que el dinero público se ejerza con transparencia, eficiencia, honestidad y que ante la restricción de recursos financieros se haga más con menos.
La Cuenta de la Hacienda Pública Federal es un documento complejo, como complejo es nuestro país; como compleja es la situación económica.
Así lo hemos entendido en esta Legislatura, por lo que con un espíritu acucioso nuestro grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano se dio a la tarea de su revisión, bajo la premisa de conocer los resultados de la gestión financiera y comprobar si el gasto público para el ejercicio 2010 se ajustó a los criterios aprobados en esta soberanía.
Pero evaluar sólo los avances y los logros en materia económico-presupuestal, resultaría insuficiente para fortalecer a una nación que atraviesa condiciones de enorme tensión. Estamos obligados a dar testimonio de lo mucho que nos queda por hacer, así como de los rezagos y la marginación que no hemos logrado abatir y de las acciones que no debemos repetir.
Nuestro Grupo Parlamentario con profunda preocupación ha realizado la revisión del Informe de la Cuenta Pública 2010, mismo que revela serias inconsistencias e irregularidades, entre las que destacan:
En el rubro de Seguridad alimentaria en el que se reporta que las políticas públicas enfocadas al sector agropecuario ha mostrado que los subsidios federales no han logrado reactivar la producción ni elevar la productividad; tampoco han incidido en la mejora del ingreso de los productores ni en capitalizar las unidades productivas rurales, situación que ha provocado el aumento de las importaciones de productos básicos (soya, maíz, trigo y arroz), así como de carne (bovina, porcina y aves).
Lo anterior influyó de manera determinante en el déficit de 104.2 millones de dólares de la balanza comercial agropecuaria en 2010.
Para revertir esa tendencia deficitaria de los últimos cinco años debe mejorarse la focalización de los subsidios, adecuar los esquemas de financiamiento al campo, y establecer mecanismos que aseguren la correcta interacción de las entidades públicas.
Nos pronunciamos por la seguridad alimentaria con una Ley al respecto. El derecho a la alimentación debe ser parte de una estrategia nacional para contrarrestar nuestra dependencia alimentaria del exterior. La recuperación de nuestra soberanía alimentaria responde a un tipo de modelo de económico diferente al que desde hace ya varias décadas prevalece en nuestro país: es preciso transformar las políticas liberalizadoras y globalizadoras que ponen la alimentación en manos de multinacionales.
En materia de Soberanía Energética, los avances en materia de exploración y producción de hidrocarburos han sido insuficientes, ya que las reservas no se han restituido al ritmo de su extracción, lo cual ha ocasionado el decremento de la exportación de petróleo crudo y de la producción de petrolíferos. La capacidad para satisfacer las necesidades energéticas futuras está comprometida, ya que las reservas probadas se agotarán en 10.8 años en las condiciones actuales de explotación.
Esta perspectiva obliga a revisar la política energética y el régimen fiscal de PEMEX, así como a realizar las inversiones que permitan explotar racionalmente los yacimientos en correlación directa con la constitución de reservas, modernizar las refinerías con base en un análisis costo-beneficio de la producción e importación, y operar conforme a los estándares de la industria.
Ni que decir de Ciencia y Tecnología, la Auditoria Superior de la Federación establece que en materia de ciencia y tecnología, además de que se ha incumplido con los niveles de asignación de recursos establecidos en las disposiciones legales (1.0 por ciento del PIB), tampoco se ha logrado su vinculación con el sector productivo de manera que contribuyan a detonar la actividad económica.
México invirtió en ciencia y tecnología el 0.44 por ciento del PIB nacional, lo que lo ubicó en el último lugar de los 34 países miembros de la OCDE. Paralelamente, es urgente impulsar las políticas públicas que vinculen la actividad científica y tecnológica con los problemas inherentes al desarrollo económico y social, ya que en 2010 sólo se ejerció el 36.6 por ciento de los recursos disponibles en los 18 fondos sectoriales para investigación debido a la carencia de proyectos. No podemos darnos esos lujos.
En el campo de Combate a la Pobreza, la Auditoria Superior de la Federación concluye que entre 2008 y 2010 aumentó en términos absolutos el número de personas en condición de pobreza: la patrimonial pasó de 52.3 millones a 57.7; la de capacidades, de 27.8 millones a 30, y la alimentaria, de 20.2 a 21.2 millones.
De 1.6 millones de hogares que fueron recertificados después de seis años de permanencia en el Programa Oportunidades, sólo el 5.7 por ciento superó su condición de pobreza. Por eso aquí se denuncia públicamente que solo sirve para momentos electorales. Esos resultados hacen patente y evidencian esa necesidad, por lo tanto, no es la forma en cómo deben aplicarse esos recursos.
Como se puede observar, las conclusiones de la Auditoria Superior de la Federación son contundentes, el país está en crisis, sin rumbo, con pésimos resultados en todos los rubros. Podríamos enumerar un sinfín de observaciones de la Auditoria, pero lo evidente del caso, son los resultados reprobables del Gobierno Federal. Lejos de avanzar hemos retrocedido.