*Mujeres del campo, las más pobres de México

En México la mayoría de las personas pobres son mujeres pertenecientes al campo, que llevan a cuestas ardua tarea sin que haya oportunidades suficientes que les permitan vislumbrar mejor calidad de vida.

Este sector presenta los niveles más altos de desnutrición, mortalidad, violencia y son víctimas de una triple discriminación debido a pobreza, origen y condición de género; no han gozado de los beneficios del desarrollo de la segunda década del Siglo 21.

Por ello propongo trabajar en cinco ejes prioritarios: seguridad alimentaria; instrucción y capacitación; facilidad para acceder a programas sociales y créditos financieros; reducción de la mortalidad materna, y las muertes por cánceres de mama y cervicouterino e impulsar una cultura no discriminatoria que les permita gozar de todos sus derechos y prerrogativas.

La modificación de su realidad significa realizar desde los poderes Legislativo y Ejecutivo una serie de acciones que les permitan tener una vida más humana. Por ello refrendo mi voluntad y convicción a favor de las causas de las mujeres, particularmente de aquellas que menos tienen.

El Día de la Mujer Rural fue establecido por la Asamblea General de la Naciones Unidas el 8 de diciembre de 2007, al reconocer la función y contribución de ellas en la mejora de la seguridad alimentaria y erradicación de la pobreza.

Las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental para la economía de los países, participan en la producción de cultivos, el cuidado del ganado, proporcionan alimento, agua y combustible para sus familias.

Además, colabora en actividades no agrícolas, ampliando los  medios de subsistencia, y lleva a cabo funciones vitales en el hogar, con el cuidado de menores de edad, de adultos mayores y enfermos.

Me comprometo a trabajar con responsabilidad para construir un nuevo entorno social, cultural, económico y jurídico que permita a las mujeres rurales acceder a la tierra, ser dueñas de micros, pequeñas y medianas empresas; contar con seguridad social, asistir a las aulas, ser sujetas de créditos bancarios; acceder al desarrollo e incorporarse plenamente a un mundo que hasta hoy les ha sido ajeno.