*Otra Ley de caprichos sexenales
La política de salud en México ha estado sujeta a los caprichos sexenales. El hoy integrante del Consejo de Administración de Citigroup, como de todas las empresas privatizadas, el ex presidentes Ernesto Zedillo promovió la federalización de la salud, y hoy lo que estamos viviendo con esta reforma de Enrique Peña Nieto, es volver a centralizar el control de la salud como ya se está haciendo con la educación a través del control de la nómina magisterial.
Es decir, temas muy sensibles y socialmente relevantes como la salud y la educación, centralizados para ser controlados desde la Secretaría de Educación Pública y desde la Secretaría de Salud. En el caso de la Secretaría de Salud, con la mano también de la Secretaría de Hacienda.
El argumento es la corrupción. Evitar la corrupción en las dependencias estatales y nosotros coincidimos en que hay que combatir la corrupción, pero qué nos garantiza que la centralización de la adquisición de medicamentos va a acabar con este cáncer. Al contrario, nosotros vemos el riesgo inminente de que sea un gran negocio sexenal.
Además debemos recordar que la minuta de la Comisión Anticorrupción duerme el sueño de los justos en esta Cámara de Diputados. Ya se turnó desde hace tiempo a la Comisión de Puntos Constitucionales y a la Comisión de Transparencia, y más allá de foros que no se hacen en otras reformas, no se ha avanzando sobre el tema, lo que nos deja de manifiesto es que no hay voluntad para ir por una verdadera Comisión Anticorrupción.
De esta manera, cae el argumento de esta postura centralista. Se puede federalizar y se puede combatir la corrupción, no hay contradicción; lo que vemos es que se utiliza como argumento.
Porque hay también otras dependencias sensibles en temas sociales que son utilizadas también de manera corrupta y la corrupción no solo es el desvío directo de recursos, sino desviarlos de sus propósitos.
Por ejemplo, Liconsa, que debe distribuir la leche con un programa de abasto social, está dedicada a hacer una institución electoral para beneficio de su actual director Héctor Pablo Ramírez.
Es decir, la corrupción sigue a nivel central, nada nos dice que con esta reforma se va a combatir la corrupción en el tráfico de medicinas.