El sistema penal mexicano ha sido reformado estructuralmente para adoptar el esquema acusatorio oral y adversarial. Sin embargo, existen retos legislativos, presupuestales, técnicos y educativos, pero sobre todo, un gran desafío: diseñar y conducir un cambio cultural hacia una justicia más restitutiva, más eficiente y más exigente para perseguir y castigar a los que cometen delitos.

Así lo manifestó el ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación  (SCJN) y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), al clausurar el Programa Comparativo de Sistemas Penales Acusatorios en Chile, Colombia, Estados Unidos y México, coordinado por el Instituto de Intercambio Cultural, Escuela Fletcher, de la Universidad de Tufts, Boston, por encargo del Alto Tribunal, a través del CJF y la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia (AMIJ).

Consideró que la comparación de sistemas es una vía para materializar el esquema penal que conviene a México, aprovechando la riqueza de su tradición e historia; adoptando y adaptando las prácticas y visiones que nos signifiquen crecimiento, así como erradicando los defectos y vicios, y evitando repetir errores documentados en otras latitudes.

El Programa Comparativo de Sistemas Penales Acusatorios en Chile, Colombia, Estados Unidos y México tuvo como propósito que 110 magistrados y jueces federales y estatales, conocieran con visita a los tres países, la operación del sistema procesal penal-oral.

En la ceremonia, efectuada en el área de Murales de la SCJN,  Miguel Basáñez Ebergenyi, coordinador del Instituto de Cambio Cultural, Escuela Fletcher,  dijo que la transición al sistema oral es hoy la acción transformadora más profunda del país por su capacidad de acelerar el desarrollo de México.

“Ha sido la SCJN, el CJF y la AMIJ, con  el invaluable apoyo de la Secretaría Técnica del Poder Ejecutivo, quienes han tomado la responsabilidad del liderazgo en esta tarea”, destacó.

Por ello, agregó, un sistema legal más moderno, más pragmático, más civilizado, tiene la capacidad de acelerar el desarrollo económico y el empleo que tanto se necesitan en México.

Miguel Basáñez entregó al presidente de la SCJN la memoria del programa en la que se integraron las propuestas de los participantes y se identificaron los 15 elementos esenciales para el éxito integral de la reforma penal.

Por su parte, Felipe Borrego Estrada, Secretario Técnico del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal de la Secretaría de Gobernación, recordó al ministro José de Jesús Gudiño Pelayo, quien fuera un gran promotor del programa Fletcher, y un  activo y activista de la Reforma Penal.

El programa Fletcher, abundó, además de su valiosa experiencia para ingresar al nuevo ámbito de culturización para juzgadores, es otra muestra contundente de que el Poder Judicial Federal está trabajando con seriedad en la implementación de la reforma constitucional.

La SCJNy el CJF, al impulsar con eventos y acciones concretas a sus jueces y magistrados, demuestran que están comprometidos, como siempre, en las mejores causas del país, para mejorar no solo el Estado de Derecho, sino también la confianza ciudadana y la credibilidad, externó.

El ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia estuvo acompañado, en el presídium, por el ministro Juan N. Silva Meza; el consejero de la Judicatura Federal, Oscar Vázquez Marín; el secretario técnico del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal, Felipe Borrego Estrada; el Coordinador del Instituto de Cambio Cultural, Miguel Basáñez, y el presidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia (CONATRIB), magistrado Rodolfo Campos Montejo.