México tiene un sistema de justicia electoral cabal, al contar con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con capacidades para decidir y resolver las diferencias político-electorales, propias de la democracia, aseguró José Woldenberg Karakowsky, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En una conversación con Rodrigo Moreno Trujillo, magistrado del Tribunal Electoral del Estado de Jalisco, en el programa El arTE de juzgar, que se transmite en Plataforma Electoral, el canal de televisión por Internet del TEPJF, Woldenberg Karakowsky refirió que “los viejos colegios electorales que todavía calificaron la elección del Presidente en 1994 ya no existen y hoy los Tribunales son los que tiene la última palabra siempre que hay un litigo”.
El académico mencionó que sería una ingenuidad pensar que en una materia como la electoral no habrá confrontaciones, litigios o enfrentamientos. “Nadie en su sano juicio puede intentar evitar los conflictos”, precisó.
Indicó que la democracia es un sistema de gobierno que permite la expresión, la recreación, la convivencia, la competencia pacífica y la diversidad política del país, pues parte de la idea elemental de que en la sociedad existen credos e intereses distintos, que merecen la oportunidad de decidir quién legisla y quién gobierna.
En este sentido, mencionó que el sistema de gobierno mejor adaptado a la modernidad es el democrático, ya que ha expandido las libertades y propiciado que las diferencias sociales se diriman por la vía jurisdiccional.
Puntualizó que la experiencia en México ha sido satisfactoria, debido a que la mayoría de los conflictos político-electorales se han desahogado a través de las Salas Superior y Regionales del Tribunal Electoral; ante ello, urgió a fortalecer las competencias entre las autoridades electorales del país, ya que derivado de las recientes reformas, cada vez se le han cargado más labores al Instituto Nacional Electoral (INE) y se le ha ido convirtiendo en juez sin serlo.
Woldenberg Karakowsky señaló que el INE y los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs) únicamente deben organizar las elecciones y los tribunales se deben enfocar en resolver los conflictos. Esta situación, dijo, evitaría roces entre los partidos y la autoridad administrativa, así como entre las autoridades administrativas y jurisdiccionales, porque cuando existen acusaciones entre partidos, el INE no deja satisfecho a ambas partes, lo cual desgasta a la institución.
Mencionó que para fortalecer la democracia es necesario resolver las desigualdades sociales y atender temas como la convivencia, la competencia y la pluralidad, ya que actualmente la democracia se desarrolla en un ambiente de malestar muy fuerte con los partidos, políticos, congresos y Ejecutivos. Sin embargo, es necesario entender que no hay democracia sin congresos, partidos políticos y gobiernos.
“Esta naciente democracia se tiene que reproducir en un ambiente muy poco favorable porque la economía mexicana no ha crecido en los últimos años, no se generan los empleos formales que México requiere, muchos jóvenes no encuentran espacio en los centro de educación superior ni en la economía formal y hemos vivido migraciones enormes de mexicanos que se han ido a los Estados Unidos”, agregó.