Votar es un derecho político y también una obligación ciudadana que con el paso del tiempo se reconoció en el texto constitucional, señaló Manuel González Oropeza, magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Al presentar el libro México y las Cortes Españolas (1810-1822). Ocho ensayos, coeditado por el TEPJF y el Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias (CEDIP) de la Cámara de Diputados, González Oropeza resaltó la importancia de celebrar elecciones para elegir a las autoridades, incluso en las etapas en las que el país enfrenta ciertos problemas.

El Magistrado refirió que en 1810 el país estaba divido, pero se celebraron comicios gracias a la fuerza de la soberanía popular y a un pueblo convencido de abandonar un antiguo régimen.

En el marco del 98 Aniversario de la promulgación de la Constitución Mexicana, González Oropeza destacó que en 1810 los comicios se celebraron de una manera sui géneris, pues México estaba dividido por la insurgencia y con las noticias de la ocupación francesa en España.

El Magistrado del TEPJF dijo que las primeras elecciones tuvieron un símbolo de amor y no de pasión, porque se celebraron el 14 de febrero de 1810, fecha que marcó el inicio de la vida electoral en México.

La Constitución de Cádiz fue el primer Código Electoral que tuvo México

Las elecciones, comentó, se realizaron de acuerdo con los lineamientos y con las convocatorias de las Cortes reunidas en Cádiz, de ahí la importancia de la obra presentada en la Cámara de Diputados, que incluye ensayos sobre la Constitución de Cádiz, que fue el primer Código Electoral que tuvo nuestro país.

González Oropeza resaltó que en el inicio de la vida electoral en México fueron electos los mejores hombres de cada provincia como diputados a las cortes de Cádiz de la Nueva España, mismos que se seleccionaban en una terna y después se elegían al azar, situación que permitió forjar muchas instituciones porque la designación de los representantes populares se hacía por el pueblo.