El presidente Felipe Calderón explicó cómo evolucionó la economía mexicana, antes, durante y después de la crisis global ocurrida entre 2008 y 2009.
Informó que antes de la crisis y como parte Plan Nacional de Desarrollo, se estableció la meta de consolidar a México como un país competitivo y generador de empleos.
Adicionalmente, se realizaron reformas importantes, entre las cuales mencionó la reforma al régimen de pensiones del ISSSTE, misma que ahorra al sector público 30 por ciento del PIB a valor presente neto; la reforma hacendaria, que fortaleció los ingresos públicos; y la reforma que fortalece a Pemex, la cual permite la participación privada en la exploración y la producción, haciendo más eficiente y productivo al sector petrolero y logrando revertir el problema crónico de la tasa de restitución de reservas, la cual pasó de 41% en 2006 a 100% en 2012.
Al referirse al periodo de la crisis, subrayó que sin las reformas implementadas, México habría enfrentado mayores problemas para superarla.
Apuntó que los esfuerzos se concentraron en minimizar el impacto negativo en los sectores más vulnerables de la población. Medidas anticíclicas, como la expansión de gasto público usando excedentes petroleros; programas sociales como el de paros técnicos para proteger a los trabajadores del sector exportador, uno de los más afectados por la crisis; así como el de empleo temporal en obras públicas que beneficiaron a la sociedad; y se utilizó el Fondo PYME para estimular los créditos a PYMES, en beneficio de casi 400 mil pequeños y medianos empresarios.
En el ámbito social, la crisis se combinó con el alza en los precios de los alimentos, por lo que se duplicó el monto promedio de apoyos otorgados a través de Oportunidades, favoreciendo a 6.7 millones de familias de bajos ingresos y se implementaron programas como el de Sustitución de Electrodomésticos, que reduce los subsidios gubernamentales, así como la factura eléctrica de las familias.
Posteriormente, surgió la necesidad de corregir las finanzas públicas, a finales de 2009. Para ellos, se tomaron decisiones como la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, con lo que se generaron ahorros para el gobierno.
El Ejecutivo Federal destacó que la variación de pobreza extrema fue mínima, porque la caída en ingresos se trasladó a los deciles más altos de la población y en todo momento se priorizó la protección a los ingresos de los sectores más vulnerables. Mencionó que, según el Coneval, la pobreza multidimensional se redujo porcentualmente durante la crisis.
Este argumento se complementa con la caída del coeficiente de Gini, el cual pasó de 0.45 a 0.43 entre 2008 y 2010. Así, aseguró que si bien la crisis no se pudo evitar, los programas sociales, la disciplina y responsabilidad fiscal de México consiguieron paliarla exitosamente en los sectores de menores ingresos.
Para explicar el periodo posterior a la crisis, el Primer Mandatario dio diversos datos que reflejan la estabilidad macroeconómica del país. Señaló que México acumula un crecimiento promedio positivo desde hace doce trimestres, se han generado más de 1.7 millones de empleos netos formales desde el momento más severo de la crisis, incrementó la competitividad de acuerdo al Banco Mundial y al Foro Económico Mundial y además la inflación promedio se mantiene baja.
La apertura comercial, la cual se traduce en mayor market share de los productos mexicanos en el mercado americano y reducción de aranceles promedio de 11% a 4% en la actualidad, refuerzan la competitividad, crecimiento y creación de empleos en México.
Para concluir, el Presidente insistió en que la sociedad mexicana apueste por la modernidad, competitividad, apertura comercial, inversión, certidumbre jurídica y pública, consolidación de su Estado de Derecho, con el objetivo de salir adelante gracias a su trabajo y esfuerzo.