*Negocia en secreto México acuerdo comercial
Lamentamos que debido a la negociación secreta e inexplicable del Acuerdo Comercial Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), nada se sabe oficialmente del acuerdo, ni los sectores productivos del país que podrían resultar beneficiados o afectados, ni los legisladores que tenemos la obligación constitucional de aprobar este tipo de instrumentos internacionales.
El inexplicable secreto que rodeó las negociaciones de este acuerdo comercial nos obliga a poner en duda las bondades del TPP, sobre todo porque hasta el momento no contamos con el texto completo firmado por los negociadores mexicanos y de otros 11 países.
Por ello suscribí una misiva entregada al secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, con quien ya me reuní para conversar sobre este tema.
En la carta entregada personalmente al funcionario federal el pasado 23 de octubre en sus oficinas de la colonia Condesa, solicité que la Secretaría de Economía entregue toda la información necesaria para dar inicio al proceso de discusión nacional sobre el contenido del Acuerdo Comercial Transpacífico.
Esta información debe incluir respuestas a importantes preguntas que la difusión de aspectos del TPP ya ha provocado.
Queremos saber, por ejemplo, cuáles son las razones que llevaron a México a participar en este tratado, toda vez que nuestro país ya tiene acuerdos comerciales en vigencia con la mayoría de las naciones que integran el nuevo mecanismo.
En ese sentido, ¿el TPP constituye una renegociación de los acuerdos vigentes, como el TLCAN? ¿Cuáles son los nuevos mercados a los que México tendrá acceso gracias al TPP y bajo qué condiciones?
Apenas concluyeron las negociaciones, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo explícitos los fines del ATP: “No podemos permitir que países como China escriban las reglas de la economía global. Nosotros debemos escribir esas reglas, abriendo nuevos mercados a los productos estadounidenses, estableciendo altos estándares para la protección de los trabajadores y preservando nuestro medio ambiente”.
Ante ello, preguntamos al secretario sobre si ¿sabe usted a quiénes se refiere Obama cuando dice “nosotros debemos escribir esas reglas”, ¿quién escribió las reglas contenidas en el ATP? ¿Comparte el gobierno de México esa declaración de intenciones? ¿Sabe el gobierno mexicano que cuando Obama dice “nosotros” se refiere a su gobierno y a las corporaciones de EU?
Dado que México ya cuenta con un tratado de libre comercio con el vecino del norte y, por lo tanto, con acceso al estadounidense y otros mercados, ¿cuál era la necesidad de un nuevo acuerdo? ¿Qué ganamos y qué perdemos con el nuevo instrumento?
Gracias a las filtraciones de Wikileaks y a los análisis de reputados investigadores, podemos decir que no hay buenas noticias para México.
Recientemente, el premio Nobel de Economía, Joseph E. Stiglitz, y el profesor Adam S. Hersh, pusieron el dedo en la llaga al recordar que para los agricultores mexicanos el TLCAN significó competir con sus pares estadounidenses en condiciones de gran desventaja, puesto que los segundos recibían enormes subsidios. 'Era vergonzoso incluso llamarlo tratado de libre comercio', escribieron.
Entonces, se expresa en la misiva, ¿cuáles son los elementos que en el nuevo acuerdo permitirán corregir esas fallas de origen en nuestra relación comercial con EU?
Se dice que el ATP es el más grande acuerdo comercial de la historia, como si esa sola definición nos obligara a aceptar que traerá enormes beneficios para nuestro país, como si la intención explícita de 'parar a China' hubiese sido debatida en los espacios públicos y legales de nuestro país, particularmente en el Senado que, como se sabe, es el órgano constitucionalmente responsable de la aprobación, o no, de tratados internacionales.
En la carta, le pedimos, tanto al presidente de la República, como al secretario de Economía, tener la gentileza democrática de dar a conocer el contenido del Acuerdo.
Ese deberá ser el inicio de un amplio debate nacional que involucre a los sectores productivos, académicos y organizaciones civiles porque en sus manos, y no en las de inversionistas multinacionales, deben recaer las decisiones que verdaderamente contribuyan al bienestar de la población.
Le pido recordar que hace pocos días, mientras celebraba el fin de las negociaciones del ATP, el presidente Peña Nieto dijo que México ha dejado de tener un gobierno opaco y llamó a seguir avanzando en la consolidación de una nueva cultura de transparencia cerrándole el paso a gobiernos autoritarios.
Le solicito que, siguiendo ese llamado presidencial, ponga a disposición del país el contenido del acuerdo que los representantes del gobierno de México han firmado.