*Grave aumento de la dependencia alimentaria
Propongo que el Senado de la República tenga facultades para objetar decisiones del Ejecutivo en materia de exportación e importación de alimentos, a fin de salvaguardar la soberanía alimentaria.
Por ello presenté una iniciativa de reforma a los artículos 76 y 131 de la Constitución, porque México cuenta con la Comisión de Aranceles, centrándose en el Ejecutivo la facultad extraordinaria para legislar en materia de comercio exterior, sin restricción alguna.
Esta figura ha tenido serios efectos negativos en el sector agropecuario nacional, en especial con la entrada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), especialmente en la producción de maíz blanco, pero también en la importante alza de precios de comestibles.
El índice de los precios de los alimentos en México presentó en marzo pasado un aumento del 1.8 por ciento, derivado a su vez del incremento o de frutas y hortalizas.
Esto va relacionado con el grave aumento de la dependencia alimentaria, México registró en 1993 importaciones por 2 mil 726. 7 millones de dólares, que se incrementaron a 13 mil 231.4 millones de dólares en 2012. Esto es cinco veces más.
El caso del maíz y el frijol son preocupantes, puntualizó el senador Pedraza Chávez, pues el valor de las importaciones creció 43 y 52 veces, respectivamente, entre 1993 y 2012. En el caso del arroz, el valor de las importaciones se elevó más de 5 veces, el de la soya casi 4 veces y del trigo más de 6 veces.
Organismos internacionales como la FAO, subrayó el legislador, han reconocido que el TLCAN ha provocado el súbito aumento de importaciones de maíz que han desplazado la producción nacional y, en consecuencia, el empleo.
Pese a ello, en 2008 se implementó el Programa de Simplificación de las Actividades de Comercio Exterior, conocido como "Facilitación Comercial: una reforma estructural", cuya finalidad es eliminar los aranceles en el sector industrial y los impuestos a la importación de maíz, trigo, arroz y sorgo, procedentes de cualquier parte del mundo.
Ante ello, el Senado de la República debe actuar en defensa de los productores nacionales y, en especial, de la soberanía alimentaria que es base de desarrollo de cualquier nación.