*Graves signos de regresión en el INE

Se van a integrar 18 organismos locales, esto es, se harán 126 nombramientos: 18 presidentes de órganos locales y el resto son consejeros electorales, unos por tres, otros por seis años y los presidentes por siete.

Estamos ante la primera gran prueba de autonomía, independencia, imparcialidad, equidad y legalidad de la institución que creó la ley y que configuró este Congreso, particularmente este Senado de la República.

Pero esa gran prueba del Instituto Nacional Electoral está siendo desarrollada con enormes signos de regresión, porque si bien es cierto la reforma tuvo como propósito quitarle a los gobernadores el control de los órganos electorales, también es cierto que jamás nos propusimos que esos órganos electorales fueran trasladados al dominio o control de un partido político.

Ahora resulta que la reforma que le quita a los gobernadores el control de los órganos electorales pretende ser utilizada para formar un bloque a favor del Partido Revolucionario Institucional, porque en las distintas etapas de este proceso se han ido distorsionando, incluso incrementando el nivel de opacidad, el nivel de secrecía, y se ha producido un fenómeno que deploramos definitivamente: la conformación de un bloque de consejeros electorales impulsados por el PRI en el Consejo General.

Se trata de los Consejeros Electorales Enrique Andrade, Marco Antonio Baños, Cristina Galindo, Adriana Favela, que junto con Javier Santiago, emitieron una votación homogénea en todos y cada uno de los casos para sacar de 126 propuestas de consejeros electorales, ni más ni menos que a 87 de ellos. El resto de los consejeros electorales tuvieron votaciones distintas, diferentes, diversas en términos de ponderación y valoración curricular.

Este bloque ha hecho una profunda distorsión y hoy estamos ante una sesgada integración de los órganos electorales que pretenden darle al PRI mayoría de operadores políticos en los estados que tendrán elecciones locales para el próximo año.

Precisamente porque nos parece muy grave y constituye una puñalada trapera a la Reforma Electoral que tanto nos costó, nuestra representación panista en el Senado de la República estará muy pendiente de todo lo que se viene desarrollando para rechazar enérgicamente esta integración y pedir formalmente la revisión de la integración de los Oples en varios estados del país, particularmente en los casos del Estado de México, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Campeche, Yucatán y el Distrito Federal.