*Injusto sistema de desigualdad social

En la juventud tenemos la energía y la sencillez necesarias para proponernos un proyecto de vida, sin duda hacemos lo que está a nuestro alcance para lograr nuestros sueños y al mismo tiempo asumimos las responsabilidades que se nos van presentando.

Sin embargo, nuestro sistema económico y social ha propiciado la desigualdad, la inequidad y la injusticia. Y tenemos como resultado que al pasar los años, al alcanzar la edad del retiro obligatorio o voluntario por las circunstancias de nuestro sistema, nos encontramos que aún habiendo querido o que a pesar de habernos esforzados por tener un patrimonio que nos permita un retiro decoroso y el acceso a servicios de salud óptimos, estamos en una situación de desalimento sobrecogedor.

Si de jóvenes el futuro es tan ancho como el mundo y prácticamente infinito, para los adultos mayores el futuro muchas veces es amenazante, descorazonado. Es por ello, que en una sociedad que avanza hacia la democracia plena, más amplia que el ámbito político-electoral entendida, como lo propone nuestra Constitución, nuestra Carta Magna, como un modo de vida, es necesario que haya políticas de Estado y acciones de Gobierno que combatan la desigualdad, que propicien la justicia social.