*Debemos ser ejemplo en materia de transparencia

El Senado de la República debe dar el ejemplo en materia de transparencia, como sujeto obligado por la reciente reforma, y además, ir más allá para terminar con la percepción ciudadana de que el Congreso de la Unión es una caja de opacidad.

El compromiso del Senado es que en esta etapa de la implementación, no sólo vamos a atender puntualmente nuestras obligaciones, los criterios que nos establezca el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), sino también, con creatividad, dar pasos más allá.

La Cámara de Senadores está doblemente comprometida, por haber sido los redactores, creadores y promotores de la reforma en materia de transparencia.

Existe la percepción de que en el Congreso de la Unión no se ha avanzado en las rutinas de transparencia y rendición de cuentas de los recursos que reciben los grupos parlamentarios y las actividades de las comisiones.

Por ello, la implementación de la reforma en transparencia es una oportunidad para tratar de ganarnos, no solamente, la legitimidad de haber logrado mejores condiciones de accesos a la información, sino la oportunidad de reivindicar a la política, de reencontrarnos con los ciudadanos y recuperar la credibilidad de las instituciones.

Hasta antes del 2003, los ciudadanos no podían acceder a la información generada por los órganos del Estado mexicano, porque no tenían ese derecho.

Pero la reciente reforma, además de ampliar las obligaciones y fortalecer al instituto, le dio un mandato nacional, porque los ciudadanos en el país no tenían las mismas condiciones de acceso y de ejercicio del derecho de acceso a la información; había órganos garantes en los estados, pero de la opacidad, porque no había andamiaje institucional potente para hacer valer ese derecho.

Además de hacer públicas las decisiones en materia administrativa y del uso de recursos económicos, también se tienen que transparentar los procesos decisorios y deliberativos del Congreso, por lo que, en conjunto con la Cámara de Diputados, se tomó la decisión de crear una clave alfanúmerica, para que los ciudadanos puedan identificar el curso y trámite de una pieza legislativa, en ambas Cámaras.

Para que los ciudadanos puedan acceder a la información, y no como hoy, que son prácticamente ejercicios de arqueología.