*¿Por qué ha crecido tanto la delincuencia?

Sin duda una de las mayores preocupaciones que debe de ocupar a los gobiernos fundamentalmente tiene que ver con qué hacen nuestros jóvenes.

Es una constante el reclamo de los jóvenes de que necesitan espacios para mejorar sus condiciones de vida para poderse desarrollar personal y profesionalmente, y que en la inmensa mayoría de los casos, no lo encuentran.

Hace apenas unos meses, vimos con mucha tristeza que cerca de 100 mil jóvenes, 100 mil jóvenes que buscaban ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México, o que buscaban ingresar al Instituto Politécnico Nacional, no pudieron o fueron rechazados por la sencilla razón de que no hay espacio para que se puedan incorporar o puedan ingresar a realizar una carrera de nivel superior y licenciatura.

Qué lamentable que no tengamos la capacidad como Estado mexicano, como estados de la República de ofrecerles una oportunidad elemental que es de poderse preparar y poder convertirse en ciudadanos que le sean útiles a la sociedad, a su comunidad y que les permita de manera personal desarrollarse adecuadamente.

Pero no solamente eso, los datos que nos dio el rector de la Universidad Nacional hace unas semanas, ilustran de manera clara lo que sucede. En los últimos casi 30 años, no se ha podido ampliar la cobertura educativa nacional.

Resulta que hace 30 años, la cobertura de educación superior en México, llegaba apenas al 25 por ciento, 25 por ciento de la población estudiantil tenía posibilidades hace 30 años de ingresar a una carrera universitaria, 30 años después esa cobertura se ha incrementado apenas tres puntos, es decir, apenas el 28 por ciento de los jóvenes que terminan la preparatoria tienen posibilidades de ingresar o hay un espacio para que ingresen hacer una carrera universitaria.

¿Qué significa esto, compañeras y compañeros? Que de cada 10 jóvenes sólo tres tienen oportunidad de hacer una carrera de nivel superior en este país.

Pero que nosotros andamos presumiendo que somos del Grupo de los 20 y  que estamos en la OCDE, pero que en la práctica el tema más delicado, el pilar del desarrollo nacional, del crecimiento del país, que está en el sector de la educación, que está en la educación, no se ve reflejado con esos discursos, o con esos hechos en la práctica.

Y además para agravar la situación, no solamente resulta grave, preocupante, que los jóvenes no puedan estudiar, sino que luego cuando terminan una carrera, ya sea de nivel medio o nivel superior, no tienen en qué emplearse.

Por eso cuando vemos la cifra tan alarmante, de que hay casi ocho millones de jóvenes que no estudian, que no trabajan, que no tienen un espacio, una oportunidad para su desarrollo personal, profesional y familiar resulta realmente alarmante y nosotros hemos concentrado la atención, bueno no nosotros, la responsabilidad del Estado se centra fundamentalmente en otras cosas.

Andamos queriendo tener más soldados, tener más policías, aplicar programas correctivos construir más cárceles, tener mejores centros de inteligencia, pero no hemos podido ampliar la capacidad institucional para que los jóvenes tengan mayores oportunidades.

Hace unos días en ese marco, esa discusión se decía solamente con incrementar el presupuesto a las universidades en un proporcionalmente en un 10 por ciento, tendrías capacidad para aumentar la cobertura hasta en un 40 por ciento en los próximos 10 años siguientes.

Eso ayudaría a que de fondo empezáramos a  resolver el problema de en qué se involucran nuestros jóvenes. Si ahora buscáramos preguntar o hacer un estudio serio, responsable, de dónde están nuestro jóvenes y a qué se dedican, seguramente que el resultado sería catastrófico, preocupante, porque los jóvenes hoy no encuentran ninguna oportunidad, ninguna esperanza en sus autoridades, en el gobierno y en la tarea que tiene el Estado de garantizarles el desarrollo sano.

Y luego nos preocupamos ¿por qué ha crecido tanto la delincuencia organizada? ¿De dónde creen que se nutren las bandas delincuenciales? Pues son de los jóvenes compañeras y compañeros. No rebasan los 25 años de edad,  el 80 por ciento de los detenidos y asesinados en el país, en la mal llamada guerra contra el crimen organizado y la delincuencia.

Por eso, la importancia que tiene esta tarea de que busquemos que aún o por lo menos los jóvenes que logran ingresar a una escuela de nivel medio superior o superior, tengan la posibilidad de terminarla bien, pero también de poderse incorporar a las tareas productivas.

Porque luego resulta que sobre todo en la escuelas de nivel medio, que los jóvenes están teniendo una carrera terminal, y como tienen el requisito de cubrir un servicio social recurren a dónde sea fundamentalmente a instancias de gobierno para que les den la hoja, les liberen el servicio social y con eso les puedan entregar la carta de terminación, aunque no tenga nada que ver con las materias que han cursado en la carrera correspondiente.