*Unidad de las fuerzas de izquierda

La unidad de las fuerzas de izquierda resulta indispensable para enfrentar con éxito y con las herramientas de la política, la decisión del actual gobierno de profundizar un proyecto de derecha y conservador.

La búsqueda de la unidad no es un simple deseo, sino una necesidad para la acción política, el diseño y puesta en marcha de una estrategia conjunta que tenga como eje la defensa de los recursos energéticos.

Debemos insistir en la unidad, aunque a primera vista para algunos en el actual escenario ésta resulte improbable. Se trata de trascender las visiones de corto plazo, los cálculos políticos inmediatos o las rivalidades pasadas.

En este 2014, el gobierno federal y sus aliados tienen como objetivo principal la consolidación de su poder, a través de la materialización de los cambios estructurales que se aprobaron el año pasado en materia energética, fiscal, telecomunicaciones, laboral, educativa y política-electoral.

Uno de los factores que facilitaron los recientes cambios estructurales en materia energética fue la división de los partidos y las fuerzas de izquierda.

Quien de verdad sea partidario de la defensa de nuestro petróleo debe sumar  fuerzas en la integración de un Frente Nacionalista, Progresista y de Izquierda.

El Partido de la Revolución Democrática debe ser un promotor incansable de la unidad de la izquierda, continuar la defensa del sector energético, la transformación del régimen político, la realización de elecciones equitativas, la democratización de los medios de comunicación, la reforma educativa de fondo.

Además, del respeto a los derechos de los trabajadores, el combate a la corrupción y lograr mayores niveles de transparencia en el ejercicio de la función pública.

Estos son temas compartidos por las fuerzas progresistas nacionalistas y de izquierda.

El PRD no debe renunciar a la política, requiere participar en la interlocución y construcción de acuerdos con el gobierno y las otras fuerzas políticas, pero debe hacerlo en una lógica  incluyente, no de cúpulas dirigentes.

A lo largo de la historia, la división y el sectarismo han sido los principales obstáculos para el éxito de un proyecto de la izquierda. Basta recordar la ideologización, el sectarismo, las purgas  y las visiones patrimonialismo que predominaron en la izquierda mexicana hasta la década de los ochenta.

El Grupo Parlamentario del PRD en el Senado de la República promoverá la unidad  para la construcción de un frente amplio, plural, incluyente donde jóvenes, mujeres, intelectuales, trabajadores, empresarios y clases medias puedan sumar fuerzas y acciones en defensa del patrimonio del país.