Desde hace poco más de dos años en esta Grilla en el Poder hemos difundido las irregularidades que estaban aflorando en la construcción de la entonces llamada Línea dorada del Metro, la 12, y a pesar de que el actual jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera Espinosa estaba en la obligación de frenar la obra, exigir cuentas inmediatas y pedir que se procediera en consecuencia, con su lentitud sembró sospechas.
En nuestra hemeroteca hay mucha información al respecto y ahora se confirma lo que en su momento documentamos, en el sentido de que ese multimillonario proyecto se hizo de forma apresurada y con tintes perversos anteponiendo solo el brutal interés económico y poniendo en riesgo a los usuarios de ese medio de transporte colectivo.
En este paquete de perversidades arrastran responsabilidades de empresarios del ramo de la construcción, aseguradoras y empresarios, tanto del gobierno de Marcelo Ebrard Casaubón, como del actual gobernante capitalino, el también empresario de la industria de los bisquets, Miguel Ángel Mancera Espinosa.
En el anterior editorial fijamos nuestra posición social en la exigencia de que se aclarara hacia dónde llevan al DF con Mancera a la cabeza y preguntamos quién está atrás de este burgués de las llamadas izquierdas mexicanas.
Bueno, pues con todo que lo que está saliendo a la palestra del brutal proyecto con que pasa a la historia la Línea 12 del Metro, se comienzan a clarificar los hilos que llevan de la mano al gobernante en turno en la capital del país.
Y si bien todavía no aparecen con la misma claridad los hilos del máximo poder del actual sexenio que está interviniendo en este delicado asunto, más vale que se reflexione el riesgo al que se está llevando a los habitantes del Distrito Federal.
Están a tiempo, señores políticos y funcionarios cómplices, porque con esto se demuestra, una vez más, que a los grandes empresarios solo les interesa la prosperidad de sus negocios, aunque al pueblo se le siga entreteniendo con pan y circo.