Ciudad Universitaria se ha convertido en una “selva” por la inseguridad que se ha incrementado alarmantemente, y que resulta un peligro para la comunidad universitaria y para los visitantes debido a que son víctimas de la delincuencia.
Ante los lamentables hechos, robos a vehículos, violaciones y alteraciones al orden público y vejaciones a las mujeres que asisten al campus universitario cotidianamente, alza la voz el diputado Óscar Moguel Ballado, a través un punto de acuerdo, para hacer un llamado enérgico –con respeto-, a los titulares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles; de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Hiram Almeida Estrada; de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) del Distrito Federal, Rodolfo Ríos Garza, y de la delegación de Coyoacán, Salvador Frausto Navarro, para que en el ámbito de sus competencias, incrementen las medidas de seguridad que devuelvan la confianza, la armonía y la paz social a la colectividad universitaria.
El diputado local de Movimiento Ciudadano, señaló que la Diputación Permanente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), solicitó la implementación de operativos y medidas de seguridad para garantizar la integridad física de las personas que acuden a Ciudad Universitaria (CU) y transitan en los alrededores del Campus en horarios de las seis a las ocho de la mañana y de las siete a las once de la noche ante el aumento de delitos cometidos en perjuicio de esta población.
Moguel Ballado, comentó que hay denuncias por venta y distribución de drogas, violaciones y abusos sexuales sin que se haya identificado al interior de CU la operación de alguna banda delictiva.
Sin embargo, hizo notar que en la periferia del campus sí se han detectado organizaciones criminales que tienen que ver con robo a cuenta habiente y secuestros exprés.
Dio a conocer la existencia de focos rojos en los pasillos que conducen de las Facultades de Medicina y Derecho a la estación del Metro Copilco en donde la PGJDF ha detectado narcomenudeo cometido tanto por personas ajenas a la UNAM, como por algunos estudiantes.
Explicó que en 2014 el Ministerio Publico Especializado en Atención a la Comunidad Universitaria, inició 377 averiguaciones previas por la comisión de delitos en agravio de universitarios, de los cuales 124 correspondieron a los denominados de alto impacto y 253 de bajo impacto, los cuales se han incrementado de manera importante en lo que va del año.
Habló de robos a vehículos, violaciones y alteraciones al orden público y vejaciones a las mujeres que asisten al campus universitario cotidianamente y que del universo de 337 mil 763 universitarios, el 39.46 por ciento está en riesgo de sufrir perjuicios en su persona y el robo de objetos personales de manera permanente.
Informó que entre las indagatorias iniciadas por la comisión de delitos de alto impacto, se contabilizaron 97 por robo de vehículo automotor y 39 por robo a transeúnte en vía pública.
En materia de ilícitos de bajo impacto, destacó el robo simple, entre los cuales se verificaron 66 robos de objetos diversos, 36 vehículos de pedales, los relativos a accesorios de automóvil y 14 a teléfonos celulares.
Sostuvo que de acuerdo al primer Diagnóstico sobre Inseguridad al interior de las instalaciones de la UNAM de 2011, elaborado por las asociaciones civiles Sociedad Sin Fronteras y Frente Nacional de Mujeres Rosa Luxemburgo, un 40% de la comunidad estudiantil en CU se siente insegura en la periferia e inmediaciones de esa casa de estudios.
De igual manera, en el punto de acuerdo, que fue votado a favor por mayoría, destacó un diagnóstico que se llevó a cabo a partir de un estudio realizado a más de 400 estudiantes con base en las recomendaciones del Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior, Estrategias para la Prevención y Atención, en el que se preguntó cómo catalogarían la seguridad dentro, o en la periferia de esta institución. Relató que el 35 % contestó "poco insegura"; un 25% la calificó como "poco segura" y para el 20% es "muy insegura".
Resaltó que en la investigación mencionada se señala que el plantel o campus considerado con mayor venta y consumo de drogas es precisamente CU y respecto a las áreas más peligrosas, los alumnos mencionaron al Circuito de Investigación Científica, Circuito Exterior-Metro Universidad, como la zona con áreas abiertas donde los delincuentes tienen mayor actividad.
Como se observa, dijo, la cantidad de personas que se desplaza a CU es considerable. Ello, aunado a las características de dicha población como la situación económica, el sexo, o la edad, que coloca a sectores de la misma en situaciones de mayor vulnerabilidad, debe ser motivo para que las autoridades tanto universitarias como del GDF, instrumenten las medidas necesarias para garantizar la integridad y seguridad al interior y en los alrededores de quienes acuden al campus.