Ayer una joven estudiante murió en la estación del metro División del Norte, Línea 3, Fátima Carmina fue empujada por otros usuarios, cayó a las vías y al hacer contacto con la guía de las vías, murió electrocutada.

Grilla en el Poder dio a conocer la prepotencia del personal del Sistema de Transporte Colectivo Metro que labora desde que Joel Ortega fue nombrado es director, desde entonces las cosas no han cambiado

Los vagoneros hacen de las suyas y los inexplicables retrasos del convoy son una de las causas de las aglomeraciones.

El metro sigue siendo una bomba de tiempo ante la falta de elementos de seguridad en las estaciones, se ha comprobado que sólo un policía permanece en los torniquetes, pero del resto de las instalaciones nadie da cuentas.

La estación Centro Médico es anegada por aguas negras, por los pasillos usuarios saltan sortean los charcos y las goteras y las autoridades tratan de resolver el problema colocando botes o remiendos de bolsas de plástico para contener los ríos de suciedad.

La muerte de la estudiante es la primera llamada para el director del Metro, es su responsabilidad la seguridad de todos los usuarios, es su responsabilidad poner un hasta aquí a los vagoneros, porque si no puede con ellos, menos podrá con los actos lascivos de que son víctimas las mujeres y muchos menos podrá con la delincuencia que se vive a diario.