La crueldad con la que la tienda +kota trata a los animales que vende al público y por los cuales obtiene jugosas ganancias, no se puede justificar y mucho menos permitir, alertaron activistas protectores independientes, quienes exigieron a las autoridades investigar a esta empresa mexicana y a sus granjas-criaderos para detener el abuso y maltrato contra “nuestros hermanos sin voz”.
Y es que de acuerdo con los protectores José Luis Carranza, Elena Chávez González, Gabriela García y Alejandra Hernández, en los últimos años la explotación, comercialización y demanda de animales de compañía, sobre todo perros y gatos, se ha convertido en nuestro país en una fuente importante de millonarios ingresos, sin que la autoridad responsable aplique medidas de regulación y supervisión.
En el caso particular de la tienda +kota, luego de realizar un recorrido por diversas sucursales ubicadas en diferentes plazas comerciales del Distrito Federal, los activistas pudieron constatar que no cumple con los compromisos establecidos tienda-cliente al no tener entre su equipo de trabajadores veterinarios que supervisen la salud del animalito de manera periódica, por lo que en un 90 por ciento las personas compran un animal enfermo y estresado.
“La mayoría de los cachorros padecen problemas respiratorios al tenerlos en jaulas con ambiente artificial” aseguraron y agregaron que a ello se debe sumar los problemas sicológicos que padecen, debido a que en la mayoría de los casos pasan hasta un año en la jaula de cristal donde los exhiben para su venta.
El etólogo, Robuan Aguilar, explicó que la inestabilidad emocional de los cachorros se debe a que sus padres viven en cautiverio en granjas sin salir al sol, por lo que les heredan su estrés, el cual se convierte en un problema psicológico al permanecer en cautivos en pequeños espacios, en donde no tienen la oportunidad de correr, retozar y realizar las actividades de un cachorro.
Otros daños físicos al permanecer tanto tiempo en las jaulas de cristal de las tiendas se presentan en la piel y en huesos, ya que razas como Pastor Alemán, Pitbull, Golden, Labrador, entre otros, crecen más que el tamaño de sus cajas de encierro, por lo que se les atrofia el cuello y patas, señaló.
Además, las características de estas razas de perros exige que deben tener un lugar amplio en donde puedan desarrollarse, ya que son animales de tarea y muy activos, precisaron.
Indicaron que la enfermedad en la piel y gastrointestinales severos que padecen las mascotas es provocada principalmente por el descuido en el que viven y porque ante la falta de espacios defecan en las jaulas y nadie limpia o retira sus desechos, y en ocasiones se comen el excremento.
De acuerdo con los protectores, el gerente distrital de +kota, Luis Molinero, no ha querido dar la cara para explicar el descuido y maltrato que padecen los animales que venden incluso se ha negado a responder a las llamadas de los activistas.
Elena Chávez informó que Molinero conoció del caso de una perra de raza Collie, la cual sufrió derrame de líquido en las patas delanteras, debido al reducido espacio de la jaula en donde era exhibida para su venta.
“Así la tuvieron varios días hasta que fue enviada a un veterinario particular para su tratamiento, que será largo, porque su estatura es mayor a la de la jaula”.
Los protectores insistieron en que la crueldad contra los animales en +kota es deplorable y explicó que la regla es vender a un precio alto al cachorro durante los primeros seis meses de vida.
Si por alguna razón no fue adquirido por nadie, entonces el precio se empieza a bajar mes con mes hasta que cumple un año, si el animalito no se vendió se envía a otra sucursal y en peor de los casos al centro de acopio ubicado en Naucalpan de Juárez, Estado de México.
Aseguraron que +kota tiene como aliados a la asociación Pro-Animal, dirigida por la lectora de noticias, Lola Ayala, la cual recibe donativos para la manutención y esterilización de animales que recoge por denuncia, pero que son sacrificados sin darles ninguna esperanza de vida.
Por todo ello, los protectores independientes exigieron a las autoridades tomar cartas en el asunto e investigar a fondo el estado de salud de los animales utilizados para la procreación de manadas, las condiciones de los criaderos donde los tienen y las malas condiciones de las tiendas en donde se venden no sólo perros y gatos, sino también conejos, aves exóticas y en peligro de extinción, serpientes, arañas, iguanas, camaleones, entre otros, por varios miles de pesos.
Para los activistas ser de raza también es un pecado que deben llevar a cuesta estos animales que, en muchas ocasiones, son comprados para generar negocios personales, para regalos de niños que después de la novedad son abandonados en patios o azoteas, o echados a la calle sin ninguna consideración.