El secretario de la Comisión de Puntos Constitucionales, diputado Luis Antonio González Roldán, resaltó que las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey son las tres urbes con grandes concentraciones de ozono en el ambiente.
“Los datos son alarmantes y esto puede convertirse en un grave problema de salud pública”, advirtió.
Mencionó que Monterrey tiene los niveles más altos de partículas suspendidas provenientes de vehículos y generación de energía de América Latina, mientras que el Distrito Federal y Guadalajara superan la contaminación de urbes como Medellín y Sao Paulo.
Por ello, a través de un punto de acuerdo presentado en la Comisión Permanente, solicitó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), informe sobre las acciones para mejorar la calidad del aire en las principales ciudades de México.
Además, planteó que los gobiernos estatales actualicen y modernicen sus sistemas de monitoreo de la calidad del aire de sus ciudades, ya que este problema es cada vez más frecuente en las zonas urbanas del país por la emisión de gases contaminantes provenientes de establecimientos fijos y móviles.
González Roldán detalló que de acuerdo con un estudio realizado por el Clean Air Institute denominado “Calidad del Aire en América Latina”, con el apoyo del Banco Mundial, en América Latina y el Caribe, por lo menos 100 millones de personas están expuestas a niveles de contaminación del aire por encima de los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Refirió que los grupos más vulnerables a los efectos dañinos de una mala calidad del aire son niños, adultos mayores, personas con problemas de salud y población de bajos estratos socioeconómicos.
Tanto la OMS como el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dijo, han considerado a la contaminación del aire ambiental como una de las áreas focales estratégicas para combatir por ser causas fundamentales de mortalidad y morbilidad a nivel mundial.
El legislador destacó que un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), estima que si no se adoptan políticas verdes más ambiciosas para el año 2050, el impacto en el medio ambiente “se convertirá en la principal causa ambiental de mortalidad prematura, por encima de aguas insalubres y falta de saneamiento”.
Además, existe una proyección de que se duplique en el mundo el número de muertes prematuras derivadas de la exposición de material particulado, que de un millón actualmente se elevará a 3.6 millones al año en 2050.
Puntualizó que la mala calidad del aire tiene un impacto negativo en el desarrollo social y económico, pues afecta la competitividad y la salud; genera costos médicos anuales por varios billones de dólares, y provoca pérdida de productividad.