El gobierno del Distrito Federal habrá de enfrentar un proceso jurídico que involucra una inversión de aproximadamente 400 millones de dólares como consecuencia del presunto fraude cometido por el director del Fideicomiso de la Central de Abasto (Ceda), Julio César Serna, en agravio de empresarios mexicanos, españoles y canadienses.

Lo anterior tiene que ver con el incumplimiento del Permiso Administrativo para la Construcción de una Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Generadora de Energía firmado por el director general de la Ceda, Julio César Serna y el representante legal del Grupo Once Diez, Sociedad Anónima de Capital Variable, Francisco Javier Ballina Garza, con fecha 9 de mayo del año 2013. 

Entrevistados sobre el particular Jaime Ponce, diseñador de la Central de Abasto y Francisco Abascal, experto en energía renovable, indicaron que el proyecto involucraba una inversión inicial de 390 millones de dólares y que la planta se iba a construir en un terreno aledaño a la Ceda, que abarca aproximadamente 150 hectáreas.

Pero resulta que Julio César Serna “revendió el terreno y los dineros correspondientes no fueron entregados a ninguna autoridad. Esos recursos están desaparecidos y el director de la Ceda se niega a informar del caso”.

También se desconoce el paradero de cuatro millones de dólares que se pagaron como adelanto a empresas canadienses que aportarían los equipos necesarios para la operación de la planta procesadora, señalaron Jaime Ponce y Francisco Abascal.

A estas irregularidades cuya responsabilidad corresponde al director general de la Ceda, se suma el hecho de que una empresa española entregó una serie de paneles solares que serían utilizados para alimentar de energía a las naves comerciales de la Ceda. Sin embargo, por disposición de la dirección general dichos paneles “fueron echados a la basura”.

Por lo anterior, Jaime Ponce y Francisco Abascal no descartaron que los empresarios españoles y canadienses, además de los empresarios mexicanos, involucrados en el fallido proyecto, recurran a los tribunales para exigir la reparación del daño. Y de esto nadie más que el gobierno del Distrito Federal que encabeza Miguel Mancera, tendrá que responder.

Finalmente, Ponce y Abascal reiteraron que a través  del proyecto en cuestión se pretendía procesar al menos mil 400 toneladas de basura que diariamente genera la Central de Abasto de Iztapalapa, y con ello generar energía eléctrica que permitirá atender no solo la demanda de los locatarios, sino su excedente destinarlo a cubrir otras áreas de la Ciudad de México.