Por Miguel Valencia Mulkay

Las infraestructuras para el peatón y el ciclista requieren muy poca inversión y generan grandes beneficios para todos, a diferencia de las infraestructuras para el auto que requieren enormes inversiones y perjudican a la ecología y a la gran mayoría.

Sólo con dejar de construir gigantescas obras para el auto, la ciudad de México tendría dinero para llenar la ciudad de maravillosos lugares para la circulación del peatón y el ciclista.

Ante la presión social a favor del peatón y el ciclista, el gobierno del DF busca ahora la manera de crear oportunidades de negocio para una minoría, con el pretexto de que “privilegiará al peatón y al ciclista”.

Para ello cuenta con el experto en RP (relaciones públicas), Simón Levy que sabe como meter mucho fierro y concreto en la vía pública, producir espacios públicos muy rentables (multitudes en movimiento: “malls” público-privados) que reclaman la presencia del comercio( vocación comercial) y los servicios, y crear las bases de un megaproyecto que se construye a lo largo de varios años, tanto de su pleno potencial mercantil como en su introducción en  las diferentes avenidas de la ciudad de México y otras ciudades del país.

Se establece una cabeza de playa en la Av. Chapultepec para luego iniciar la conquista tierra adentro, con nuevas concesiones comerciales en este mismo proyecto piloto como su construcción en otras avenidas en todo el país. 

Una especie de franquicia OXXO de pasajes comerciales que en el futuro puede dejar mucho dinero a los integrantes del contubernio público-privado que lo impulsa. Un nuevo modelo de privatización y de engaño a la población.

El Corredor Comercial Chapultepec se presenta a la consideración de la opinión pública como una infraestructura aprobada ya por los bancos, los empresarios y el gobierno del DF, con el fin de que los ciudadanos traten de encontrar cómo darle acabados, decorarla o utilizarla.

No se pide la opinión de los ciudadanos sobre las posibles graves fallas de esta gran estructura, pues el gobierno del DF detesta las audiencias públicas o las asambleas vecinales de las colonias más afectadas donde podrían ventilarse o aclararse sus verdaderas ventajas y beneficios o sus graves inconvenientes.

No se puede opinar con solvencia sobre una infraestructura pública sin un debate público debidamente convocado. Se quiere, pues, legitimar este perverso proyecto piloto por medio de una consulta de muy dudosa calidad que se realizará el domingo 27 de septiembre de 2015 entre vecinos de la delegación Cuauhtémoc.

La Av. Chapultepec, entre el Metro Chapultepec- cuya contigüidad a este Corredor Comercial se omite en la propaganda de la empresa paraestatal del gobierno del DF que dirige Levy- y la glorieta de Insurgentes, no está más degradada o deteriorada que la mayor parte de nuestras antiguas avenidas, muy al contrario, fue remodelada hace pocos años.

Sin embargo, se encuentra en el centro de una zona que sufre un fuerte proceso de transformación urbana, por su creciente potencial inmobiliario y turístico (Zona Rosa, Roma Norte, Juárez), producto de su centralidad (otro Nuevo Polanco).

Se pretende que este Corredor Comercial dispare en esa zona los valores de las rentas y los terrenos en estas colonias, acelere la expulsión de los vecinos de bajos recursos económicos, impulse la construcción de torres de oficinas, condominios de lujo, hoteles, centros de espectáculos (verticalización: ciudad compacta) y fomente el turismo y la proliferación de restaurantes. Un cambio profundo de la economía de estas colonias. Nada hay de cultural en este proyecto.

Los peatones y los ciclistas sólo necesitan la plantación de muchos árboles, el cuidado fitosanitario de los arboles existentes, el uso privilegiado de la pavimentación que hoy invaden los autos (el carril junto a las banquetas), la eliminación de rampas para autos, registros sin tapa, hoyos, bordos, casetas telefónicas, postes, altas guarniciones en las esquinas, en las banquetas existentes.

Sólo necesitan la reducción radical en el uso del auto en la ciudad y la debida protección legal de su seguridad vial. El supuesto Corredor Cultural Chapultepec es INACEPTABLE: contiene mucho fierro y concreto, y es un megaproyecto que impulsa la privatización de las superficies públicas, la expulsión de vecinos, el cambio en el uso del suelo en la ciudad, el consumismo, la producción de basura, la concentración de usuarios, la verticalización (torres), la conglomeración, la “ciudad compacta” de Simón Neuman, la injerencia de los cárteles inmobiliarios en la ciudad, la imposición de obras sin la organización de audiencias públicas y asambleas vecinales.

Además, ayuda a frenar la demanda principal en estos momentos: la renuncia de Miguel Ángel Mancera, como Jefe de Gobierno del DF, principal derrotado en las elecciones del DF del 7 de junio de 2015.