El asambleísta Alejandro Sánchez Camacho lamentó la declaratoria de incompetencia de la Secretaría de Gobernación para sancionar al vocero de la Arquidiócesis Primada de México, Hugo Valdemar, quien violó la Constitución y la legislación electoral al hacer un llamado para votar en contra del sol azteca.

Declaró que una vez más el Gobierno Federal panista demostró su falta de compromiso con el Estado Laico, anteponiendo los intereses de la jerarquía de la Iglesia Católica, por sobre la leyes que nos rigen.

El gobierno de Calderón, dijo, olvida que a los mexicanos nos costó sangre lograr la división entre el Estado y la Iglesia. Agregó que permitir que los clérigos intervengan en asuntos políticos, representa no sólo una afrenta para el Estado Laico, sino para la propia estabilidad social.

El Legislador sostuvo que con la actitud de Gobernación se le está otorgando de manera fáctica al clero católico una carta de impunidad, ante la flagrante violación a nuestra Constitución.

Aclaró que lo anterior “no significa estar en contra de la Iglesia, sea cual sea su denominación, tampoco en contra de alguna expresión religiosa, más bien es defender el libre ejercicio de nuestros derechos ciudadanos a ejercer la creencia religiosa que mejor le convenga a la gente”.

Subrayó que el principio laico como eje rector del Estado no es excluyente del ejercicio ciudadano del derecho a la libertad de culto, sino delimita los ámbitos de competencia entre el Estado y las Iglesias o las asociaciones religiosas, y lo hace extensivo al mismo gobierno a través de sanciones a los servidores públicos que no lo respeten.

Llamó a la Secretaría de Gobernación a ejercer plenamente sus facultades y actuar conforme a le ley para frenar estos intentos de activismo político de la jerarquía católica.

Precisó que la defensa del Estado Laico que asume plenamente el PRD, de ninguna manera tiene que ver con el respeto a las creencias y las tradiciones de los mexicanos, sino representa una protesta ante aquellos jerarcas que siempre han comulgado con los intereses de aquellos que ostentan el poder político y económico, y son cómplices de la política neoliberal que tanto daño le ha hecho al pueblo mexicano.