Por Miguel Valencia Mulkay
Se realizan en estos momentos inversiones multimillonarias en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México sin que se hayan convocado audiencias públicas para escuchar las opiniones a favor y en contra de este proyecto, tanto de los habitantes de la ciudad de México y del oriente del estado de México-los principales afectados- como de los estudiosos nacionales e internacionales del daño climático, ecológico, urbanístico, social, económico, político y cultural.
¿De veras necesita la ciudad de México un aeropuerto como el que nos quiere imponer Peña Nieto? El gobierno federal realizó en Ecatepec, en 2014, una falsa consulta pública, casi clandestina, arropada por Eruviel, la SEMARNAT del PVEM y las pésimas disposiciones legales sobre medio ambiente.
Mancera no se ha dignado a consultar a los habitantes de la Ciudad de México sobre la conveniencia de construir este Nuevo Aeropuerto que dice ser “de la Ciudad de México “, que busca triplicar o cuadruplicar los vuelos diarios sobre esta ciudad, que incrementa radicalmente el ruido y la contaminación del aire en esta cuenca, que puede provocar la pavimentación de decenas de miles de hectáreas, ser devastador para las aves migratorias que llegan al Lago de Texcoco, impactar el uso del suelo en muchos municipios y demarcaciones, afectar el régimen de aguas de la cuenca y hacer una gran contribución a las emisiones que dañan el clima de la Tierra.
Peña y Mancera desprecian el papel que tiene el Lago de Texcoco, como regulador de la temperatura de la Cuenca del Valle de México y en la desertificación en curso en este territorio. De 1987 a 2010 bajó 35% la precipitación pluvial en la ciudad de México y aumentó la irregularidad de las lluvias y la intensidad de las tormentas.
En nombre de la religión de la economía de crecimiento y con base en el culto a la ciencia y la tecnología, Peña Nieto anuncia la construcción de este megaproyecto de megaproyectos que tiene visos de ser un negocio ilícito público-privado y que sólo beneficia a los intereses globalizadores que han llevado a la ruina a la ecología y a la mayor parte de la población mexicana.
Se embarca desesperadamente en la construcción de este Nuevo Aeropuerto como en su momento lo hicieron los gobiernos de Grecia o Brasil al construir enormes instalaciones olímpicas sólo para irse a la ruina o a la recesión años después.
¿Por qué construir un aeropuerto mamut en una época en la que desaparece en el mundo el petróleo de bajo costo de extracción, los precios del petróleo pueden dispararse en algunos años y es muy incierto el futuro de la aviación y de la economía mundial?
¿Por qué México, una nación tan vulnerable ecológica y económicamente debe tener el tercer aeropuerto más grande del mundo?
¿Por qué la Ciudad de México, situada en una muy contaminada y sobrepoblada urbanización debe concentrar aún más las operaciones de aviación del país?
¿Por qué rechazan Peña Nieto y Mancera dar información y abrir debates públicos sobre las implicaciones ecológicas, urbanísticas, sociales, culturales, económicas, financieras y políticas de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional "de la Ciudad de México"?
No hay manera de que un proyecto de obra pública sea benéfico para todos si no es discutido públicamente con la mayor amplitud posible en todas sus dimensiones.
El gran problema es que tenemos un gobierno del DF y un gobierno federal enajenados por la corrupción que alientan en México los gobiernos desarrollados y sus grandes inversionistas.