La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) debe vigilar y aplicar las medidas necesarias para evitar que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) del 8 por ciento que se aplica a alimentos no básicos con densidad calórica como chocolates y postres y un peso por cada litro de refresco, afecte el precio de la tortilla, harina de maíz y nixtamal.
Así lo consideró el presidente de la Comisión Especial de Estudios y Análisis de las Finanzas Públicas de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Víctor Hugo Lobo Román, quien exhortó a las autoridades a evitar que el IEPS se convierta en generador de una escalada de precios en los productos de la canasta básica.
Por ello, el legislador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), demandó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), transparentar el uso de los recursos excedentes del impuesto especial sobre bebidas azucaradas, es decir, el refresco en todas sus presentaciones.
Recordó que en el caso de este impuesto, la SHCP justificó su recaudación en función de reducir el consumo de bebidas azucaradas con el fin de resolver el grave problema de obesidad que padece México, así como dotar de bebedores de agua a las escuelas públicas.
Lobo Román manifestó que los más afectados por dicho gravamen es la población de escasos recursos. Además, refirió que actualmente en promedio cada mexicano consume 310 litros de refresco al año, equivalentes a 2 mil 212 pesos.
Sin embargo, aclaró que a pesar de que México se encuentras en la cúspide mundial de los indicadores de obesidad, las bebidas azucaradas, no son el factor absoluto por el que se producen enfermedades graves como el cáncer, la diabetes o infartos al miocardio.
Como ejemplo, citó un estudio publicado por The Journal Nutrition, aplicado a la población mexicana que señala que el aporte calórico de todas las bebidas, incluidas las alcohólicas, “representa un 22 por ciento del total de consumo diario” y de ese porcentaje los refrescos aportan solo un 6.6 por ciento de la ingesta calórica proveniente de las bebidas de ese tipo.
Dijo que otros factores que coadyuvan a agravar el problema de salud, son el uso de nuevas tecnologías como el internet y la televisión, así como el uso constante del automóvil. Añadió que otro complemento al sedentarismo son los malos hábitos alimenticios, el ritmo acelerado de vida y la poca o nula actividad física.
La Unidad de Análisis de las Finanzas Públicas de reciente creación y que está a cargo de Andrés Sánchez Osorio, refirió que todos los alimentos que no sean básicos y que tengan más de 275 kilocalorías por cada 100 gramos de su peso, tendrán un impuesto del 8 por ciento en su producción e importación.
Por estos alimentos –explicó- nos referimos a botanas, productos de confitería, chocolates y productos derivados del cacao, flanes y pudines, dulces de frutas y hortalizas, cremas de cacahuate y avellanas, dulces de leche, alimentos preparados a base de cereales, helados, nieves y paletas de hielo.