En 2009, la capital del país tuvo varios periodos críticos de falta de agua que afectaron a gran parte de su población. Las presas del Sistema Cutzamala, que surten alrededor de un tercio del caudal total que utiliza la urbe, se encontraron muy por debajo de su capacidad debido a variaciones en los patrones de lluvias y temperatura ocasionados por el cambio climático. Esto obligó a las autoridades a racionar la dotación del recurso.
¿Cómo impactarán las variaciones en los parámetros climáticos por dicho fenómeno a la prestación y a la calidad de este servicio en la ciudad de México durante los próximos años? es una de las preguntas que buscará responder Fabiola Sosa Rodríguez como parte de su proyecto de investigación posdoctoral, con el cual ganó la Beca para Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales 2013 de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), reconocimiento que recibió el pasado 20 de junio en una ceremonia celebrada en la sede del organismo.
“La ciudad de México ha sido identificada como el lugar que probablemente enfrentará los mayores impactos del cambio climático en México debido a sus características ambientales y urbanas”, dijo en entrevista la doctora en Estudios Ambientales y Urbanos, quien lleva varios años investigando los problemas asociados con la calidad y el abastecimiento del agua.
De acuerdo con los escenarios derivados de los Modelos de Circulación General (algoritmos matemáticos que intentan simular el sistema climático de la Tierra) ajustados a la escala de la ciudad de México, se proyecta que la temperatura media anual podría aumentar hasta 2.8 grados Celsius para la próxima década de los 70, comentó la también profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Agregó que en términos de la precipitación anual, se proyecta que ésta disminuirá en promedio hasta 10.4% para ese periodo; aunque, advirtió, hay modelos que predicen una disminución de hasta la mitad de las lluvias totales.
“Si estos pronósticos se hicieran realidad, la ciudad va a enfrentar una nueva situación de emergencia”. Es por esto que Sosa Rodríguez está interesada en estudiar las repercusiones del cambio climático sobre el suministro y la calidad del agua para identificar estrategias de adaptación que permitan a la ciudad generar capacidades de reacción ante futuros eventos.
“Esta investigación tiene como fin favorecer la toma de decisiones en materia de gestión del agua y contribuir con la generación de conocimiento que guíe las decisiones de política ante los retos que el cambio climático impone”.
El proyecto, titulado Los retos de la gestión del agua en la ciudad de México ante el cambio climático: evaluación de impactos, vulnerabilidad y decisiones de política, plantea desarrollar un modelo de toma de decisiones con el cual se puedan construir escenarios que permitan evaluar las consecuencias de los cambios proyectados de temperatura y lluvias debido al fenómeno climático y a variables demográficas y de gestión del agua, en la prestación de dicho servicio en la capital del país.
Para este propósito, la investigadora está en el proceso de construir una base de datos con los análisis de calidad y cantidad del agua que se le ha suministrado a la población capitalina desde el 2000 a la fecha, la cual está detallada a nivel de colonia. Asimismo, utilizará los registros de temperatura y precipitación para el Distrito Federal y el Estado de México que le proporcionó el Servicio Meteorológico Nacional y los Modelos de Circulación General ajustados a la escala del área de estudio. “También me estoy apoyando en la teoría de sistemas complejos para incluir distintas variables y analizar cómo se están retroalimentando”, precisó.
El modelo se diseñará de manera que las variables se puedan mover, es decir, que se pueda “jugar” con ellas para crear distintos escenarios sobre cómo podría encontrarse la ciudad dadas ciertas condiciones. La ventaja del modelo, comentó Fabiola Sosa, es que se podrán diseñar medidas de adaptación al cambio climático acordes a las características de los diferentes grupos de población que habitan en la ciudad de México.
La investigadora agregó que espera que en unos años, el modelo se alimente con información de otros estados y pueda aplicarse en éstos y sirva como una guía para la toma de decisiones.
La beca a la que se hizo acreedora Sosa Rodríguez consta de cien mil pesos, los cuales servirán para financiar parte de la investigación, en especial para la compra de licencias requeridas en el uso de programas computacionales y bases de datos, y de ser necesario, contratar asistencia durante el procesamiento de datos.
La becada expresó su gratitud por el apoyo económico brindado y resaltó la importancia de reconocimientos como el otorgado por la Academia Mexicana de Ciencias, que reconocen las capacidades y el profesionalismo de las mujeres y las animan a continuar con su trabajo de investigación.