Guillermo Pimentel B.
En el marco del Foro Desafíos del Comercio Popular, dirigentes y comerciantes de Tianguis y Mercados Sobre Ruedas, así como investigadores sociales, se manifestaron por crear una Ley de Abasto Popular, que de orden a esta actividad y que la formalice con el respectivo pago de derechos como contribuyente.
Los panelistas coincidieron en dignificar el trabajo no asalariado que realizan los comerciantes populares en la vía pública, además de contar con un marco normativo que les permita ejercer su actividad de manera formal con el respectivo pago de derechos en un esquema de formalidad contribuyente para apoyar a la pequeña y mediana empresa.
Expusieron que el comercio popular es imprescindible para fortalecer el sistema de abasto a donde no llegan los Mercados Públicos, pues de no apoyarse al comercio popular, el cual forma parte de nuestra cultura, todos caerían en manos de los supermercados, que no son tan baratos ni garantizan un acceso general para toda la población, ya que están diseñados para un sector de ingreso medio.
Incluso se da una competencia desleal por lo que se ha propuesto que se unifiquen los criterios, se generalice un contexto en donde todos participen y se hagan propuestas y directrices que a todos convengan.
Al inaugurar el Foro Desafíos del Comercio Popular, el legislador del PRD, Gabriel Godínez Jiménez, comentó que actualmente no existe un marco regulatorio de la operación de los tianguis, por ello se hace necesario tener una nueva legislación que establezca un marco regulatorio. “Por ejemplo –dijo-- existen las normas de los mercados sobre ruedas y la ley de mercados es una ley anacrónica que data del año 1951”.
Recordó que las reglas de operación datan desde que Demetrio Sodi de la Tijera era coordinador de COABASTO (Coordinación General de Abasto y Distribución de Alimentos del Departamento del Distrito Federal, 1983-1988), a partir de ese período no se han actualizado, por lo que está totalmente desfasado ante el crecimiento del comercio popular.
Lamentó que no se tiene hasta la fecha un padrón confiable del comercio popular, ya que se estima que hay 300 mil tianguistas en toda la Ciudad de México; unos 50 mil oferentes de Mercados Sobre Ruedas y, alrededor de unos 400 mil que pertenecen al Sistema de Reordenamiento del Comercio en la Vía Pública (SISCOVIP).
Este último organismo, abundó, también está desfasado porque mucha gente ya murió o ya no se está dedicada a lo que originalmente tenía sus permisos o no ha pagado las cuotas establecidas en el Código Fiscal para que puedan hacer uso de la vía pública, y que maneja la subsecretaría de Programas Delegacionales en coordinación con las delegaciones.
Roberto Sánchez dirigente de comerciantes en pequeño, artesanos y trabajadores no asalariados pidió a los legisladores que el comercio sea reconocido como una actividad digna, de calidad y loable dentro de un marco jurídico y normativo que les ayude a mejorar la calidad de vida de los comerciantes.
Además exigió a las autoridades, legisladores, estudiosos del comercio, a la población en general quitar el estigma de comercio callejero o informal porque no son ciudadanos de segunda y por el contrario cumplen con actividades que el propio gobierno no puede satisfacer como es el abasto suficiente y oportuno a los capitalinos.
En su oportunidad, la investigadora de la UNAM Berenice Ramírez López destacó que el GDF debe promover la debida regularización del trabajo no asalariado, la dignificación del comercio popular porque es una fuente de basto para las clases sociales que buscan alimentos con precios accesibles y de buena calidad.