Por Guillermo Pimentel Balderas
Jesús Padilla Zenteno, dirigente de la agrupación Movilidad de Vanguardia (Grupo Mova), pidió al Jefe de Gobierno del DF, Miguel Mancera, atender las demandas del gremio de transportistas que están al borde de la crisis financiera, debido a las tarifas bajas que no se han incrementado en 4 años y que en cambio los combustibles tienen incrementos prácticamente cada 30 días.
Padilla Zenteno lamentó que la ALDF pierda el tiempo en “discursos vacios” que no le dan solución al problema del transporte concesionado en la Ciudad de México, por lo cual solicitaron que en lugar de seguir apoyando a los “microbuseros”, que en nada son la solución al problema, son un foco de contaminación y desorden.
Explicó que mientras en las 31 capitales estatales en la República Mexicana se cobra un promedio de 6.54 pesos la tarifa del transporte público concesionado de pasajeros, la del Distrito Federal, con valor de 3 pesos es la más castigada de todas, al costar 118 por ciento menos que el resto y es 150 por ciento menor a la de los estados ubicados en el área geográfica “A”.
Indicó que las cifras dadas a conocer por los Transportistas Unidos del Distrito Federal (TUDF), organización que agrupa a las principales cúpulas de concesionarios, revelan que la tarifa de la capital del país es la más baja, incluso, entre las capitales de los estados identificados con el salario mínimo más bajo o zona “C”, en la división realizada hasta el pasado 26 de noviembre por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, como son Querétaro, Colima, Durango, San Luis Potosí, Sinaloa, Hidalgo, Tabasco y Morelos, donde el costo promedio más bajo es de 6.50 pesos.
“Tenemos una responsabilidad con nuestra fuente de trabajo y una deuda con nuestro púbico usuario, que son casi el 80 por ciento de los pasajes-persona diarios en esta gran ciudad. Pero también necesitamos la comprensión de nuestros usuarios y del Gobierno del Distrito Federal”, dijeron los transportistas en voz de Jesús Padilla Zenteno, dirigente de la agrupación Movilidad de Vanguardia (Grupo Mova).
“Queremos trabajar con el doctor Miguel Ángel Mancera, deseamos completar con él su proyecto de generar la renovación de 100 kilómetros de Metrobús. Pero no podremos realizarlo con una tarifa tan castigada como la que tenemos en el Distrito Federal”, añadieron.
Los transportistas solicitan un ajuste urgente a la tarifa del transporte de 2 pesos, la cual aún quedaría rezagada en 30.8 por ciento con la del resto del país, sin contar con que por lo menos ocho estados de la República estarían por incrementar el costo del pasaje en los primeros días de 2013.
Padilla Zenteno expuso que en cada uno de los gasolinazos iniciados en enero de 2010, la empresa Copesa de la que forma parte del Consejo de Administración, con un parque vehicular de 170 unidades, sufre un incremento en el precio del diesel de casi 40 mil pesos (39,780 para ser más exactos), lo que sólo en gasolina al año tiene un aumento cercano a los 480 mil pesos, mientras que el costo del pasaje ninguno.
Para ejemplificar, dijo que no sólo el alza de los combustibles, sino también las tasas de interés para la compra de las unidades, los gastos fiscales y de seguridad social de los trabajadores y el resto de los insumos tienen a las empresas en una situación difícil, compleja, tal es el caso de Copesa con un pasivo de 30 millones de pesos.
Los integrantes de TUDF recordaron que desde hace 20 años el incremento anual promedio de la tarifa ha sido de 10 centavos y sólo les han autorizado 50 centavos de ajuste en los últimos 9 años. En cambio, de 2008 a octubre pasado el precio del diesel subió de 5.93 pesos a 10.99; la gasolina Magna de 7.01 pesos a 10.63. Las llantas costaban 750 pesos en 2008 y hoy llegan a mil 950 pesos; el aceite de 30 subió a 70 pesos el litro y la licencia tarjetón por dos años se incrementó 399 pesos y la de tres años en 307 pesos.
En cambio, recordaron que desde el último ajuste en la tarifa, en marzo de 2008, ellos han participado en la creación de tres Líneas del Metrobús y al menos once corredores con unidades nuevas y de última generación en tecnología para el cuidado del medio ambiente, la mayoría a riesgo de su propio patrimonio y sin respaldo del Gobierno del Distrito Federal.
Para finalizar argumentaron que su movimiento por lograr un ajuste emergente de dos pesos a la tarifa del Transporte Público Concesionado en el Distrito Federal no sólo está lejos de ser un simple capricho o terquedad; “es una necesidad, un grito de auxilio para sobrevivir”.