Por Guillermo Pimentel Balderas

“Desde la llegada de Maricela Contreras, el Centro de la delegación Tlalpan se ha convertido en una gran cantina”, afirmaron vecinos de esta demarcación quienes informaron que han iniciado procesos judiciales para proceder penalmente contra funcionarios, por irregularidades en las oficinas instaladas en Calvario 61.

En conferencia de prensa, el abogado Alejandro Álvarez Calderón, los cronistas de Tlalpan y el barrio El Calvario, Jaime Orozco Barbosa y Sara Espíritu Reyes, respectivamente, y Guillermo Fuentes Maldonado, recientemente elegido como Coordinador del Comité Ciudadano Tlalpan Centro, denunciaron que frente a la falta de respuestas claras de la Jefa Delegacional en Tlalpan, Maricela Contreras y del Gobierno del Distrito Federal, a través del Instituto de Verificación Administrativa (INVEA), los habitantes del Centro Histórico reiniciarán este sábado 2 de noviembre sus acciones para echar atrás la instalación de las oficinas administrativas de la demarcación —y el caos generado como consecuencia—, por la llegada de más de 240 empleados a una zona considerada patrimonio histórico, artístico, cultural y natural, con protección por decreto presidencial desde 1986.

Expresaron que entre las actividades se enlistan acciones legales y probables denuncias penales contra los funcionarios que autorizaron la violación al uso de suelo, así como una movilización en fecha y hora por confirmar y un foro con expertos y académicos sobre desarrollo urbano, conservación patrimonial y usos de suelo del Centro Histórico de Tlalpan.

Los ciudadanos tlalpenses reafirmaron que Contreras Julián, llevó se instaló en la calle Calvario 61 a través de argucias de interpretación legal porque el uso de suelo para oficinas no está permitido en el programa Parcial de Desarrollo Urbano de la delegación y lo enmascaró como Centro de Procesamiento de Datos. Agregaron que en las reuniones donde el Gobierno del Distrito Federal fue mediador, el equipo de la Jefa Delegacional se mantuvo en su dicho de que es legal su proceder.

El abogado Álvarez Calderón informó que una vez con los documentos recolectados por ellos mismos y los solicitados al InfoDF, ya iniciaron las acciones legales correspondientes para lograr la salida de las oficinas administrativas a otra zona y se devuelva en parte la tranquilidad a los vecinos del lugar.

Advirtió que como seguramente sucederá en el estudio de la documentación, si encuentran violaciones de funcionarios públicos, se enderezarán denuncias penales en su contra.

Asimismo, se dará a conocer información relevante sobre una serie de acciones que causan posible tráfico de influencias y probable conflicto de interés alrededor del arrendamiento del inmueble, del cual aparece como administrador único Alejandro Sales Casamadrid, con cierta influencia en la delegación.

Los denunciantes afirmaron que la funcionaria delegacional a tomado una actitud arbitraria e insensible, quien ha llevado a cabo una política depredadora de los espacios públicos, habitacionales e históricos, que únicamente beneficia al grupo que se encuentra en el poder político y violenta al resto de los ciudadanos.

Fuentes Maldonado, dijo que tal violencia se manifiesta, precisaron, a través del “otorgamiento constante de permisos irregulares de uso de suelo, por lo que (la delegación Tlalpan) se ha visto invadida de todo tipo de establecimientos y negocios, convirtiéndola en un serio foco de inseguridad, congestionamiento vial, ruido, ambulantaje, impacto ambiental y otros problemas de conflicto social.

“El Centro de Tlalpan se ha convertido en una gran cantina que como consecuencia muy pronto atraerá delincuencia organizada, propiciada por los permisos otorgados. Antes sólo expendían vino y cerveza y desde la llegada de Maricela Contreras todos los restaurantes ya venden bebidas alcohólicas”, advirtió Fuentes Maldonado.

Los cronistas de Tlalpan y el barrio El Calvario, Jaime Orozco Barbosa y Sara Espíritu Reyes, recordaron cómo se han violentado los usos de suelo en los últimos años en Tlalpan como la apertura de antros enmascarados de Centros Culturales pero que funcionan principalmente como restaurantes, bares, salones de fiestas, oficinas, organismos públicos y comercios, tal es el caso del “Centro Cultural Las Campanas”, que fundamentalmente presta servicios como restaurante-bar y salón de fiestas; la “Casa de Santa Anna” como salón de fiestas.

Sara Espíritu Reyes dijo que los vecinos hoy están dispuestos a ir hasta sus últimas consecuencias en contra de los funcionarios que en base a triquiñuelas les han arrebatado los espacios públicos y tranquilidad.