Por Guillermo Pimentel Balderas
Terminó el “desfile” de los 16 delegados capitalinos en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, sin compromisos amarrados, sino únicamente promesas y más promesas de utilizar la partida presupuestal adecuadamente, atender todas las demandas de los ciudadanos y sobre todo, administrar con honestidad y en beneficio de todos los capitalinos.
Los jefes delegacionales ante la Comisión de Administración Pública Local de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, que preside el diputado perredista Alejandro Piña Medina, cumplieron su cometido de informar como encontraron la demarcación a su cargo, las condiciones actuales de su gestión y los proyectos a desarrollar durante el presente año.
De lo más sobresaliente de las comparecencias, fue la pregunta que se les hizo sobre la posibilidad de que estas presentaciones de los jefes delegacionales, sean consideradas en una la ley y no como tradicionalmente se ha hecho, hasta el momento, mediante un acuerdo.
Se puede considerar que los delegados más raspados en sus comparecencias fueron: Mauricio Toledo, de Coyoacán – que con la ayuda de los perredistas “salió en hombros”-; Víctor Hugo Romo, de Miguel Hidalgo, que fue más que exhibido por sus excesos – con la ayuda de su jefa de prensa- de publicidad en imagen, y gastos de representación, principalmente.
Alejandro Fernández Ramírez, de Cuauhtémoc, a pesar de las pedradas de panistas y priistas sobre los asesinatos en antros de su jurisdicción, se defendió con argumentos, algunos convincentes y otros no tanto terminantes –pero, debe corregir el trabajo de su titular del Jurídico o correrlo, porque de lo contrario, tendrá más problemas-.
La delegada en Iztacalco, Elizabeth Mateos Hernández, al igual que el de Venustiano Carranza, Manuel Ballesteros López, estuvieron muy bien cobijados por los perredistas, principalmente por Esthela Damián Peralta, que se fue con la finta de los discursos, y no se canso de elogiarlos y felicitarlos por sus sobresalientes labores al frente de sus respectivas demarcaciones.
Hubo otros funcionarios delegacionales del PRD, que también fueron cuestionados, pero no hubo suficiente enjundia para rematarlos. Pues, se notó el cansancio de panistas, principalmente.
Los jefes delegacionales de oposición al PRD, Adrian Ruvalcaba –ex perredista, ahora del PRI- de Cuajimalpa y Jorge Romero Herrera – del PAN- de la Benito Juárez, fueron cuestionados severamente por los izquierdistas, pero sus respectivas bancadas lograron que no salieran tan raspados.
Con la comparecencia de Víctor Hugo Monterola Ríos, jefe de la delegación en Milpa Alta, concluyó la serie de presentaciones de jefes delegacionales ante la Comisión de Administración Pública Local de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Después, se supo que hubo una comida -¿para festejar?- de los diputados que participaron en estas comparecencias, y que al parecer quien la organizó fue Alejandro Piña Medina y quien pago fue Manuel Granados.