El premio Nobel 2012 de Física, otorgado a Serge Haroche del Colegio de Francia, y a David J. Wineland del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos, es un reconocimiento a la llamada ciencia básica, ya que sin ella no se puede lograr una aplicación práctica del conocimiento, destacó el doctor Shahen Hacyan Saleryan del Instituto de Física de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), durante la conferencia México en el contexto de la manipulación de los estados cuánticos.
La física cuántica describe cómo funciona el mundo a escalas subatómicas, para las cuales las leyes convencionales de la física no son válidas.
Por ejemplo, una partícula cuántica puede existir en diferentes estados de energía al mismo tiempo, pero dichos estados son inestables y se pierden en cuanto la partícula entra en interacción con el entorno, de ahí que no es posible aislar indefinidamente a los sistemas cuánticos, y por lo tanto la observación de éstos no es sencilla.
Los trabajos de David Wineland y Serge Haroche están centrados en la interacción entre la luz y la materia, ambos encontraron la manera de aislar las partículas subatómicas y mantener sus propiedades intactas, logrando así la observación directa de partículas cuánticas sin destruirlas.
En el marco del Simposio el premio Nobel de Física 2012: Manipulación de estados cuánticos y ¿qué onda en México?, que se realizó en el auditorio Alberto Barajas Celis de la Facultad de Ciencias de la UNAM, no sólo se hizo referencia a los ganadores del Nobel, también se dieron a conocer los trabajos en el campo de la física cuántica, tal es el caso de los relojes atómicos, considerados los más precisos del mundo, que en nuestro país se han desarrollado en el Centro Nacional de Metrología.
Otra de las investigaciones relacionadas con el Nobel que se realizan en México en el campo de la física-óptica –disciplina que estudia la interacción entre la materia y la luz-, es la encabezada por la doctora Rocío Jáuregui Renaud del Instituto de Física de la UNAM, quien utiliza láser con el fin de atraer o repeler partículas microscópicas, además de trampas magneto-ópticas para controlar átomos fríos con una temperatura cercana al cero absoluto, ya que a esa temperatura disminuye la velocidad de las partículas y pueden ser aprisionadas en un artefacto que utiliza varios láseres para controlarlos.
Durante su participación, el doctor Octavio Héctor Castaños del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, destacó el papel de la División de Información Cuántica (dICU) en el año 2007, que forma parte de la Sociedad Mexicana de Física, y que a decir del también miembro de la AMC, fue un primer intento de impulsar la investigación experimental en este campo. La próxima reunión anual de la dICU se realizará el 29 y el 30 de abril en la Universidad de Guanajuato.