El programa informático permite realizar una evaluación de las zonas susceptibles a sufrir alteraciones ante un eventual sismo
El territorio mexicano se encuentra entre cinco placas tectónicas (capas superficiales y sólidas de la Tierra), y su movimiento relativo provoca una actividad sísmica considerada entre las más constantes del planeta.
Como una medida para alertar sobre probables secuelas sísmicas, científicos del Instituto Politécnico Nacional, en conjunto con la empresa mexicana Nemfis (especializada en tecnologías informáticas aplicadas a la ciencia), diseñaron un sistema simulador de riesgos sísmicos que permite conocer los posibles efectos de un temblor sobre el suelo y diversas edificaciones.
De acuerdo con el doctor Alexander Balankin, investigador de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME-IPN), el desarrollo consiste en un programa informático que simula gráficamente los efectos de las vibraciones sísmicas sobre el suelo y las estructuras de algunas regiones del Valle de México.
Pero a pesar de que el desarrollo supone las secuelas de un sismo exclusivamente sobre el Distrito Federal, el software podría simular los efectos del movimiento telúrico en cualquier punto geográfico.
A decir del experto, los beneficios que podría tener este tipo de sistemas son múltiples, pero el más importante reside en que las autoridades correspondientes, como Protección Civil, podrían realizar una evaluación de las zonas susceptibles a sufrir alteraciones ante un eventual sismo.
Para lograr la simulación en determinadas áreas es necesaria la información sobre las características del suelo (poros, fracturas, flujo de líquidos), posteriormente los datos son ingresados al simulador que, mediante logaritmos, logra asimilar los daños ante un movimiento de diversas magnitudes.
El investigador de la ESIME-IPN ejemplificó: “Si ocurre un sismo en las costas de Guerrero, las ondas llegan en un lapso de 30 segundos aproximadamente al Valle de México. Lo que realiza el simulador de riesgos sísmicos es tomar en cuenta las propiedades mecánicas del subsuelo para observar las deformaciones que presentaría, pues hay zonas que pueden ser más afectadas que otras.”
Una ventaja adicional que refiere el doctor Balankin es que esta tecnología puede utilizarse para simular posibles daños en diversas estructuras. Sin embargo, reiteró que para ello es necesario que la información acerca de los materiales implementados en diversas edificaciones sea proporcionada por sus propietarios. (Agencia ID)
Revista Protocolo