De acuerdo con el Informe General sobre el Estado de la Discapacidad de la ONU, a nivel mundial hay mil millones de personas con algún tipo de discapacidad, y la tasa de prevalencia actual es de 15 por ciento; con ello, este segmento poblacional se convierte en la primera minoría del mundo, destacó Esther Zúñiga Macías, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
Esta condición, destacó, ha estado presente desde los inicios de la humanidad, porque si bien 70 por ciento son adquiridas, el restante es de origen congénito.
Aunque son siglos de tenerla presente, aún se margina a las personas y se les niega una inclusión plena a la sociedad; ante ello, la ENTS decidió crear el Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Estrategias para la Atención a la Discapacidad.
Con este espacio, se pretende consolidar el campo de conocimiento de Desarrollo Humano, del Programa de Maestría en Trabajo Social, para involucrar a los maestrantes en la realización de protocolos de investigación, orientados al conocimiento del entorno social, representaciones sociales, y de los significados que influyen en la atención, con identificación de factores de riesgo y fortalezas.
También se intenta reforzar la academia dentro de la propia escuela, “aunque esto no es nuevo, porque desde 1993 hemos buscado un acercamiento de nuestros alumnos con este campo, y mostrarles que se trata de un área de estudio compleja”.
Si se sobreprotege a una persona con discapacidad, se comete un error, pues de ese modo se le excluye o discrimina de manera sistemática. “A los especialistas en ciencias sociales nos toca intervenir en su inclusión a la sociedad y a los procesos de desarrollo”, refirió en el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, este 3 de diciembre.
Específicamente, precisó, el trabajador social debe pensar que este sector es parte de su universo de intervención; de ahí que el programa de la ENTS ofrezca a los profesionales la posibilidad de instruirse de mejor manera en esta área.
Aunque existen avances, aún no se encuentran los mecanismos para brindarles la atención adecuada; tampoco se han hecho los estudios pertinentes al respecto. Se han aprobado leyes y se han planteado políticas sociales sin un sustento real que avale lo que se propone, recalcó Zúñiga Macías.
Hasta ahora, se ha incidido de manera mínima, y con el laboratorio universitario se pretende tener una cobertura más amplia, “porque también firmaremos convenios con otras universidades, con el Instituto para la Integración al Desarrollo de las Personas con Discapacidad del Distrito Federal, y con el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad, de la Secretaría de Salud”.
Además, se mantienen pláticas con la Universidad Nacional a Distancia de España, con el objetivo de sentar las bases para la creación de una maestría semipresencial, enfatizó.
Con ello, aseveró, “queremos estar en posibilidad de plantear políticas más acordes a las necesidades, y contar con una estadística confiable que nos permita saber hacia dónde tenemos que dirigirnos para apoyarlos”.
Zúñiga Macías mencionó que entre las líneas de investigación que se abordarán en este laboratorio se cuentan la Discapacidad e inclusión social; Discapacidad y vulnerabilidad en el hogar; Discapacidad en población indígena; Perspectivas laborales para las personas con discapacidad; Proyectos Locales para la discapacidad; Representaciones sociales sobre los escolares en situación de discapacidad; Mecanismos de inclusión social en instituciones de rehabilitación, y La participación comunitaria en el modelo de rehabilitación para personas con discapacidad.
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad fue instituido 1992 por la ONU, y “en mi opinión es pertinente conmemorarlo, porque al menos una vez al año este grupo tiene los reflectores enfrente y es más visible su vulnerabilidad”, concluyó.